5 conciertos que no hay que perderse a partir de la reapertura de la sala Apolo

Aldous Harding viene de muy lejos, de Nueva Zelanda, y llega porque la pasión por la música es tan fuerte que necesariamente tiene que mover montañas y rastrear las mejores nuevas voces incluso en lugares inesperados. El concierto está organizado por Primavera Sound, y nos permitirá descubrir a una joven compositora que ha encontrado la excelencia en el arte de la balada oscura, al estilo de Nick Cave. Harding tiene dos discos publicados –ahora presentará el segundo, 'Party' (2017)–, y no hay que extrañarse si nos recuerda a artistas como PJ Harvey, Lorde o Feist. Está en la misma categoría, creciendo y mejorando con cada nueva canción.

Es una de las grandes voces del soul contemporáneo, un artista con una voz privilegiada que hace pensar, a veces, en que hay un heredero en el siglo XXI de grandes vocalistas masculinos como Marvin Gaye. José James es británico y se dio a conocer hace unos siete años en un contexto muy parecido al que preparó el camino a nuevas sensaciones de la música urbana y sexy como Sam Smith: cerca de productores de dubstep, R&B y hip hop, aunque en su caso hay una devoción clara por el soul clásico y el jazz más sensual. Actuará acompañado por una banda en directo: pura clase.

Este concierto pertenece al ciclo Caprichos de Apolo, que siempre apuesta por artistas que nunca han tocado en Barcelona, ​​o que están justo al comienzo de su carrera, por debajo del radar. Este trío de chicas proviene de Nigeria, y su sonido es una mezcla entre rock de vanguardia, seco y huraño, y folk local, combinado con voces armoniosas y percusión tradicional. Una nueva propuesta de músicas del mundo, radicalmente nueva, y que pone en contacto a los sonidos del desierto con los del África negra.

Otra propuesta de los Caprichos, en este caso un peculiar quinteto francés que practica techno acústico. Que el techno sea acústico es una contradicción, un oxímoron, pero la expresión tiene sentido porque el efecto que crean con los instrumentos –guitarra, batería, piano y dos contrabajos– es el de una riqueza de texturas y un control del ritmo que sólo encontramos en la música de baile moderna más hipnótica. De hecho, si no los viéramos en directo y no pudiéramos comprobar qué están haciendo, seguramente pensaríamos que está sonando una nueva producción de Four Tet o James Holden. Son fenomenales.