Explica Jordi Rossy que en sus inicios como trompetista conoció a Chet Baker, y el único consejo que recibió de él es que no tocase nada que no sintiese. Ahora, con su hijo Félix como trompetista, recupera las baquetas por una noche dispuesto a rendir tributo a un músico que contribuyó a engrandecer la leyenda del Jamboree con sus actuaciones en la cava de la Plaza Real durante la década de los 60. Será toda una sorpresa este recuerdo tan particular a Chet Baker con la participación, además, de Dimitri Skidanov al contrabajo y Jaume Llombart a la guitarra.
Félix Rossy trompeta, Jaume Llombart guitarra, Dimitri Skidanov contrabajo, Jordi Rossy batería.