Ferran Palau explica su nuevo disco 'Parc' canción a canción

No, no está mal escrito. Ferran Palau explica que en este título sintetiza las ideas de estas dos palabras en catalán: 'reflexe' (reflejo) y 'sexe' (sexo). Habla de “la capacidad de verse reflejado en otros géneros y descubrir que no todo es blanco o negro”. La canción, con versos como “sento que no t’he aprofitat gens”, marca el tono del álbum: “Si Kevin era sobre una relación fácil, aquí encontramos la cara B del amor”.

Las “llàgrimes sobre el coixí” del verso inicial nos sitúan en esta relación que busca encontrarse, pero que está llena de contradicciones (“t’enyoro i ferida plores perquè no m’entens”) y una frase con madera de hit se nos clava en la memoria (“encara puc anar més lluny, però vull que m’ho demanis tu”). “Hay un contraste entre la estrofa, que conecta con mi pasado, y el estribillo, más pop”, dice.

Introducción con sintetizadores de banda sonora de los 80 y un inicio de letra que conecta con el anterior: “Si tú me lo pides yo te pido perdón”. “Es una constante –dice Palau–, quería utilizar poco vocabulario, muy fácil y que [algunas ideas] se convirtieran en pequeños símbolos que te vas encontrando en el disco”. Además, “la voz es muy rítmica, la palabra acaba siendo la percusión”.

Es la pieza que llama más la atención, la que contrasta más con las otras, y a la vez, la que se recuerda más fácilmente, sobre todo por el cambio de 'pitch' de la voz (exageradamente más aguda), que hace que no sepas “si canta un chico o una chica, un poco con la idea de 'Reflexe'”. Creada a medias con Jordi Matas, es una de estas canciones que abren nuevos posibles caminos dentro de un álbum.

En cada disco, Palau pone una canción sin batería: “la canción atmosférica”. Claramente, es donde más se aprecia la inspiración de los films de terror de los años 80 y 90 (fans de 'Viernes 13', buscad la conexión). La letra está teñida de tristeza, pero “la felicidad necesita la tristeza, no lo envuelvo de oscuridad –dice Palau–, de hecho mi grafismo es súper colorido”.

Un nuevo contraste. El ritmo, a pesar de ser minimalista, tiene ecos caribeños (buscados o no). “Quería que fuera un caramelito, muy simple, mucho pop, muy inspirada en el 'mainstream' de artistas como Justin Bieber y Taylor Swift”, dice. Pero no esperéis un 'Shake it off'. Palau no abandona su ritmo reposado.

“Potser sabré com ets si somies en aranyes o somies en ocells”, reza esta canción ambigua incluso para Palau mismo: “No tengo ni idea de qué va, quizás lo acabaré entendiendo de aquí a un tiempo” dice, a pesar de que vuelve a planear el concepto del encaje entre “polos opuestos”.

La balada del disco conecta con la idea de fluidez de género que lo sobrevuela. El azul de 'Blau', es el color asociado tradicionalmente a los niños, pero aquí se transforma en el símbolo de un tránsito que Palau ha vivido mucho de cerca. Preciosa y tierna.

“'Parc' ahora no significa nada, pienso en las canciones como unos recipientes vacíos que la gente tiene que llenar de contenido”, dice Palau que, en este caso, reconoce haberse inspirado en el movimiento LGBTI+ de los 80 y el VIH.