El Palau de la Música Catalana programa el próximo 30 de septiembre una jornada musical con nuevos artistas que prometen ser el futuro de la música clásica. ¿Queréis descubrirlos?
En la vida siempre hay un momento en el que todo empieza, donde después de mucho tiempo de estudio y formación aparece la primera oportunidad para demostrar todo lo que uno vale. Y esta es la motivación del ciclo-concurso El Primer Palau, una iniciativa con más de 25 años de tradición en el Palau de la Música, y que este año consistirá en una jornada maratoniana en la sala modernista, donde siete jóvenes talentos de la música clásica ofrecerán conciertos breves con mucha substancia. Los registros serán muy diferentes –unos son cantantes, otros son instrumentistas virtuosos, incluso habrá participación internacional–, pero el espíritu es el mismo: demostrar que el esfuerzo ha abierto paso a un dominio excelente y emocionante de la música.
El año pasado, El Primer Palau lo ganó un conjunto de cámara, el Quartet Atenea. Fue otro paso firme en un desarrollo profesional que necesita tanto del apoyo de instituciones como el Palau de la Música como del público aficionado a la música clásica. Por eso os animamos a ir a la edición de este año: no sólo se escuchará música fabulosa –una conocida, otra no tanto, y por eso resulta aún más estimulante la propuesta–, sino que tendremos la oportunidad de escuchar ahora a unos intérpretes que serán importantes en el futuro. La cita está programada para este próximo sábado, 30 de septiembre: el primer concierto empezará a las 11:00 de la mañana, y así hasta las 19:00 de la tarde, con un precio de la entrada de 20 euros. Aquí os damos más información sobre los participantes. No os lo perdáis.
Es un fagotista estonio, nacido en 1998, y que ha causado sensación en televisión. Su nombre, pues, es bastante conocido en los países bálticos y escandinavos, pero aquí todavía tenemos que disfrutar de su talento y sorprendernos con su dominio del instrumento. Peäske ha elegido piezas de Isaac Albéniz, Pierre Max Dubois y Gotthard Odermatt.
Carla nació en Sant Cugat del Vallés en 1997 y toca el violonchelo, un instrumento tan exigente como rico en posibilidades, y ya ha empezado a desarrollar una interesante carrera en Europa, que empezó cuando ganó el Premio Internacional Pau Casals hace cinco años. Su elección incluye música de Brahms, Tchaikovsky y del compositor catalán Gaspar Cassadó.
Es la más joven de todo el concurso: nació en Salamanca en el 2005, y toca el clarinete. Pese a tener sólo 18 años, ya ha ganado un concurso internacional en Salzburgo, y domina con la misma traza el piano. En su programa se han incluido composiciones para clarinete de Schumann y el romántico francés Ernest Chausson.
Será la primera voz del maratón: es una mezzosoprano especializada en el repertorio de los lieder y los oratorios, una opción no tan deslumbrante como la ópera, pero que requiere la misma profundidad dramática. Para su concierto, ha elegido canciones de Eduard Toldrà, Xavier Montsalvatge, Modesto Mussorgsky y Claude Debussy con un concepto en común: todas son historias de niñez.
La segunda voz del concurso, en este caso un contratenor con el registro agudo más alto –es decir, llega a la tesitura de soprano–, lo que significa que su especialización es la ópera barroca, principalmente la de finales del siglo XVII y primera mitad del XVIII. Su programa incluye arias de Händel y Monteverdi, aunque realizará una excursión al primer romanticismo y el siglo XX español con canciones de Rossini, Eduard Toldrà y Joaquín Turina.
Nació en Utrera, Sevilla, y empezó a destacar profesionalmente en París, donde participa en conjuntos de cámara. Toca el saxofón, un instrumento con un vínculo no demasiado grande con la música clásica, pero que tiene un interesante repertorio. Él ha elegido composiciones de Gabriel Fauré, Manuel de Falla y el rey del tango argentino, Astor Piazzolla. Su concierto tendrá acompañamiento de guitarra.
Toca la flauta, y su carrera profesional hace tiempo que va por buen camino. Ha tocado en Europa y Asia, y en esta ocasión ofrecerá un programa aparentemente breve –solo dos composiciones– pero muy exigente, con obras de Salvador Brotons y Charles-Marie Widor.
