Rihanna vuelve al Sant Jordi

No se puede discutir que Rihanna es una currante. Desde su LP de debut del 2005, la cantante de Barbados ha publicado casi un disco al año, y desde que en 2007 el éxito de 'Umbrella' la convirtió en una superestrella global -suma 37 millones de álbumes vendidos -, se ha recorrido el mundo de punta a punta defendiéndolos en directo. Su Diamonds World Tour, que estará el sábado 1 en el Palau Sant Jordi con las entradas agotadas, es la segunda gira de RiRi que pasa por Barcelona.

Quizá no está en tan buen momento como en su primera visita, en diciembre del 2011 en el mismo recinto: entonces acababa de publicar 'Talk that talk' (2011) y ya había tenido tiempo de incluir un 'We found love' convertido en megahit transversal, pero el grueso del set lo conformaban los temas de 'Loud' (2010), uno de sus mejores discos y también el más inmediato e infeccioso, con un porcentaje de rompepistas por minuto altísimo. Ahora llega con una gira bautizada como el primer sencillo de 'Unapologetic' (2012), su último disco que, como 'Talk that talk', queda lejos en gloria y gancho de 'Loud', y no sólo por su contenido polémico.

¿Y a ti qué te importa?
No es difícil entender 'Unapologetic' como una defensa de la relación de Rihanna con Chris Brown, el  hombre que convirtió una de las mujeres con más influencia del planeta en víctima de violencia machista y casi la mata a golpes en 2009. El título, 'sin remordimientos', ya da pistas, pero es le dúo con Brown, 'Nobody's business', una cita de Michael Jackson que les sirve para invitar a la gente a meterse en sus asuntos y dejarles hacer su vida, lo que permite interpretar todo el álbum en este sentido. Por suerte para nosotros -y también para Rihanna- Brown no saldrá al escenario del Sant Jordi y nos ahorraremos la canción. Aún así, el último álbum continuará siendo el disco con más peso en el repertorio, que se prolongará durante casi dos horas.

'Unapologetic' es también un disco que reúne las tendencias más contundentes de la electrónica comercial, un trabajo de espíritu raver con elementos de electro- house -ritmos latinos enlatados al estilo Harlem shake y riffs sintéticos estilo Skrillex- y que cuenta con la colaboración de uno de los DJ más asociados a la escena de club ibicenca, el omnipresente David Guetta. Pero que no descuida del todo el dancehall marca de la casa con el que Rihanna se dio a conocer. De hecho, la segunda parte del show -tendrá cuatro, cada una con el correspondiente cambio de modelito - tendrá regusto caribeño.

RiRi no ha escatimado en nada a la hora de confeccionar el vestuario, y lucirá modelos hechos a medida diseñados por Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy, y Raf Simons, su homólogo en Dior, y calzará Louboutins y Manolos. Pero sobre todo lucirá las caderas, y quizá incluso las moverá contra algún afortunado que haya pagado la entrada VIP. La última vez lo hizo.