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Las obras de remodelación del Port Olímpic comenzarán la semana del 9 de noviembre y se alargarán hasta 2023. Este plan de recuperación tiene como objetivo devolver a los barceloneses un "espacio único en el mundo", tal y como afirmaba el teniente de alcalde Jaume Collboni en la rueda de prensa de hoy, para usos sociales y deportivos. La intención también es fomentar la náutica, la restauración y la protección del medio ambiente en un terreno de unos 10.000 m².
Zonas verdes en lugar de discotecas
Una de las primeras reformas se centra en la problemática zona de ocio nocturno y restauración del Port, los paseos de Mestral y Gregal. Collboni se ha mostrado confiado en que las 26 discotecas pendientes de cerrar lo harán muy pronto, ya que el Ayuntamiento de Barcelona tiene la jurisdicción de estos establecimientos desde 2019. "Esto ya está ganado y evidentemente contamos con que antes de que se acabe el año, hayamos recuperado el dominio de estos locales", confesaba el teniente de alcalde. Según el plan provisional de reforma, ambos paseos se transformarían en avenidas amplias llenas de árboles y bancos sin rastro de coches.
Una mayor accesibilidad para todos
Garantizar la seguridad de todos los ciudadanos es primordial y por ello se mejorará la infraestructura completa del puerto. Se eliminarán todos los obstáculos y barreras que puedan estorbar el movimiento libre de las personas.
Un Centro de Vela más moderno
Todo puerto necesita un centro náutico que ofrezca cursos relacionados con el mar. El Centro Municipal de Vela ya es una realidad, pero se pretende modernizar y ampliar el actual para poder acoger a más personas, instalaciones y actividades centradas en la economía azul y la preservación del entorno marítimo y natural. El Ayuntamiento calcula que esta área educativa y económica generará 200 nuevos puestos de trabajo en un futuro próximo.
Oferta gastronómica
Se quiere seguir potenciando la dieta mediterránea con una oferta variada de alimentación local y de proximidad. El Ayuntamiento ya ha anunciado que no cesará la actividad actual de los restaurantes ya existentes, a fin de poder continuar generando beneficios económicos durante las obras.
La transformación de todo este espacio supondrá una gran mejora por el distrito de San Martí, que incrementará los puntos de encuentro en su área, y dotaría a la ciudad de Barcelona de un puerto verde, sostenible, moderno, respetuoso con el entorno, sin residuos y referente a nivel mundial.