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Una advertencia para empezar: el que tenga poca o nula tolerancia con el humor negro, que deje de leer aquí. Si optáis por seguir con la lectura vais a descubrir el origen del fenómeno más curioso de estos días de confinamiento, los memes en forma de vídeo de unos enterradores africanos bailando con un ataúd.
Si frecuentáis grupos de Whatsapp llenos de energúmenos sin respeto por las visitas de la Parca, seguro que habréis recibido centenares de estas creaciones, y algunas de ellas se pasan con creces las líneas del buen gusto.
El mecanismo siempre es el mismo: se monta primero una filmación que acaba en tragedia doméstica, casi siempre evitable, un premio Darwin a la falta conocimiento. Acto seguido, aparece el baile de los enterradores que cargan con el ataúd mientras suena música techno, siempre la misma canción. Aquí va un ejemplo 'suave' para que os hagáis una idea.
El origen el fenómeno
Los resortes del humor negro son extraños, tienden a activarse en momentos de tragedia como los que vivimos actualmente. Una válvula de escape a través de la risa, una mueca en este caso entre cómplice y culpable. Los orígenes reales del fenómeno los encontramos en Ghana, país de origen de esos curiosos enterradores que se popularizaron gracias a vídeos como este de la BBC de 2017.
Conocemos aquí por primera vez a estos profesionales del baile mortuorio ataviados con su elegante uniforme, inventores de la marcha de réquiem que después se han utilizado en los cientos de miles de memes que estos días corren por las redes.
La explicación la tenemos que buscar en la costumbre ghanesa de organizar los funerales como un acto multitudinario. La excusa es la muerte pero la intención también es celebrar la vida del difunto. Por eso cobra sentido esta moderna tradición de bailar con el ataúd a cuestas. El responsable de la cuadrilla, Benjamin, afirma dar trabajo a más de 100 personas con esta troupe que mezcla carnaval y funeral.
De Tik-Tok al mundo
Muy poca gente –lógicamente– se atreve a colgar estos vídeos en perfiles públicos de redes, pero a través de mensajes privados corren como la pólvora. El proceso de viralización de este fenómeno ha sido lento hasta su gran eclosión de las última semanas, una progresión parecida al también muy popular Negro de WhatsApp.
Algunos identifican la explosión del fenómeno a un vídeo publicado en la red Tik Tok el pasado 26 de febrero, con 4 millones de visitas, en el que se ve a un esquiador realizando un salto con un mal final. La bola de nieve –perdonad la broma concatenada– se ha hecho enorme estos días en los que las redes van llenas de contenido que nos ayude a reír –aunque sea humor negro, sin broma concatenada–, un toque gracioso en momentos tan complicados como los que vivimos el esos días de confinamiento.
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