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Guarromán y Villapene existen (y puedes visitarlos)

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Parecen nombres de héroes ( 'Las increíbles aventuras de Guarromán y Villapene'), pero son nombres de pueblos.

La realidad supera la ficción. Al menos en cuanto a la nomenclatura de algunos pueblos de Catalunya y del resto de España. Si no, que se lo digan a los cerca de 200 habitantes de Ultramort; un pueblo del Baix Empordà donde el poeta Jaime Gil de Biedma vivió los últimos años de su vida (le dedicó un poema en 'Las personas del verbo'). Y no. Se ve que en Ultramort no hay gentilicio. Comprensible.

ultramort

Los amantes de la 'slow-life', encontrarán su paraíso en Correpoco, localidad de Los Tojos (Cantabria), que en 2008 tenía 54 habitantes. Claro, como van despacito... Entendido: no tiene gracia.

Correpoco
Correpoco

En la categoría de traducción / adaptación más desafortunada de la historia de los pueblos de este país nuestro, el ganador no puede ser otro que Guarromán; un municipio al norte de Jaén que tiene cerca de 2.000 habitantes... que reciben el gentilicio de guarromanenses. El nombre es la castellanización del árabe 'Uadi-r-Rommān' ( 'río o arroyo de los granados'), que evolucionó fonéticamente hacia 'Guadarromán' y posteriormente hacia 'Guarromán', en inglés 'nasty-man' .

Guarromán
Guarromán

Ay, la etimología, la tradición, cuántas alegrías. En la comarca de la Tierra Llana (Lugo) está Santa María de Villapene, también conocido sencillamente con el nombre de Villapene. Por motivos inexplicables, en la Wikipedia, donde sólo hay dos líneas de descripción sobre tan curioso pueblo, dedican una a explicar que en 2016 Villapene tenía 151 habitantes de los cuales 71 eran hombres y 80, mujeres. (?)

Villapene
Villapene

En Murcia y con cerca de 40.000 habitantes tenemos Alcantarilla, otra desgraciada traducción del árabe 'Al-Qantir', que significa 'puente'. No quiero imaginarme cómo debe ser vivir con la eterna broma fácil sobre el olor del pueblo...

Por último, uno que hace volar la imaginación del gentilicio: Pepino, en Toledo. Aunque nos encantaría que sus habitantes se llamaran 'pepinillos', el gentilicio auténtico es 'pepineros' y la historia viene del nombre de uno de los siete herederos campesinos que vivían en el pueblo hacia el año 1500, que se llamaba Alonso Pepino.

La lista de pueblos con nombres curiosos, extravagantes e incluso inverosímiles es enorme: Cebolla, Pulgar, Uña, Peleas ( 'de arriba' y 'de abajo'), Cotillas, Pantalones, Calamocos... Interminable.  
 

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