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Nausicaa Bonnín
Foto: Ivan GiménezNausicaa Bonnín

Nausicaa Bonnín: "No habría sobrevivido más de 24 horas en ninguno de los lugares donde estuvo Neus Català"

La actriz da vida a la superviviente de los campos nazis en la adaptación al cine de la novela 'Un cel de plom (Cenizas en el cielo)'

Borja Duñó
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Borja Duñó
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La historia de Neus Català se sigue contando. Esto es lo que ella quería desde que fue liberada del campo nazi de Holleischen, donde la mandaron después de estar en Ravensbrück y desde donde lideró un grupo de presas que combatieron al ejército nazi saboteando 10 millones de las balas que les obligaban a fabricar. Era el llamado Comando de Gandules, formado por mujeres que continuaban luchando y arriesgando sus vidas desde el cautiverio y el horror. Nausicaa Bonnín es quien da vida a Català en este film de Miquel Romans que adapta libremente parte de la novela de Carme Martí 'Un cel de plom' ('Cenizas en el cielo') y que tiene la première mundial el 22 de abril en el BCN Film Fest (el 28 de abril llega a las salas).

Contar la historia para que no se vuelva a repetir, hasta la saciedad, si es necesario, “era su objetivo”, explica Bonnín. “Nunca quiso ser protagonista, pero hablando de ella lo que pretendía es que se hablara de todas, de ese grupo de mujeres que sobrevivió y dejó ese legado”. Hoy sorprende ver el espíritu avanzado de estas mujeres republicanas. “Las fotos de Neus adolescente son impresionantes, con pantalones cortos y tirantes; por los testigos que tenemos sabemos que esta modernez no estaba muy bien vista”, explica.

Las fotos de Neus de adolescente son impresionantes

Català nació en Els Guiamets, un pequeño pueblo del Priorat, de familia campesina. Se hizo enfermera y al final de la Guerra Civil ayudó a pasar la frontera a 180 niños huérfanos. En Francia formó parte de la resistencia, hasta que fue denunciada a las autoridades nazis por un boticario de Sarlat y fue detenida junto con su marido. La encerraron y maltrataron en la cárcel de Limoges, y de allí la deportaron al campo de concentración para mujeres de Ravensbrück hasta que la transfirieron al campo de trabajo de Holleischen, con las compañeras del llamado Comando de Gandules. Neus Català no fue una heroína de película, sino una heroína real.

'Un cel de plom', Miquel Romans
Foto: Filmax'Un cel de plom', Miquel Romans

“Tengo claro que no habría sobrevivido más de 24 horas en ninguno de los lugares donde estuvo Neus”, asegura Bonnín, que tuvo que buscar cuál era su “propio horror y a partir de ahí hacerlo más grande”. Se planteaba micro objetivos para sobrevivir hasta el día siguiente: “Tengo que seguir trabajando para llegar a la sopa de mierda que me dan para cenar”, se decía. En el rodaje pasaron mucho frío y eso también le ayudó a “localizar el dolor”.

Tenemos tendencia al olvido, pero la historia de Neus Català no nos queda nada lejos. Por un lado, solo hace cuatro años que murió. Por otro lado, asistimos al ascenso de la extrema derecha. Es por eso que su testigo es tan importante, y por eso se quiso quedar el uniforme de rayas, el de la famosa foto con el número 50.446. “Sí, el traje de deportada simboliza la preservación de la memoria histórica –dice Bonnín–; de hecho, la foto icónica de Neus Català, que parece que esté tomada en los campos, es posterior, se la hizo para recordar”.

Briznas de esperanza

“El primer impulso que tendríamos todos es el de olvidar, pero hay un momento clave en el que ella decide fijar en la retina todas aquellas imágenes tan duras y se va a mirar los cadáveres y todas aquellas cosas de las que estaríamos tentados de apartar la mirada”, añade. La película también está cargada de humanidad. No solo por la solidaridad que existe entre las compañeras de cautiverio, sino por los matices de los personajes, incluso los nazis, especialmente una vigilante que les ayuda en secreto. “Seguramente las cosas no serían blancas o negras, habría grises; seguramente, para aquella chica trabajar en el campo era la manera de sobrevivir, pero también fue capaz de echarles una mano desde su puesto de privilegio”, dice Bonnín.

Fue un rodaje muy duro, pasamos mucho frío
Nausicaa Bonnín
Foto: Ivan GiménezNausicaa Bonnín

"Fue un rodaje muy duro, pasamos mucho frío", explica Miquel Romans, que debuta en el largometraje de ficción con 'Un cel de plom'. "Rodamos en Teruel, en la sierra de Albarracín, donde hay unos bosques a más de 1.800 metros de altitud y estaba todo nevado". Tras leer el libro de Carme Martí, Romans sabía que tenía que hacer la película, que si no la haría otro. “La génesis fue la muerte de Neus Català el 13 de abril del 2019”, el mismo día que nació Agnès, su primera hija.

El carácter de Català

"Al principio daba respeto, porque tiene muchas capas de responsabilidad", explica el director barcelonés, a quien la hija de Català ha dicho que ha visto en Bonnín el carácter de su madre. Otro aliciente de la película –aparte de un elenco que cuenta con intérpretes como Rachel Lascar, Roger Batalla, Iria del Río, Natalia Barrientos, Paula Vélez y Laura Conejero–, es la atmósfera que logra la música de Joan Pons (El Petit de Cal Eril), hecha íntegramente a partir de las voces de Tarta Relena.

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