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Barcelona, Valencia y Palma de Mallorca celebrarán el próximo octubre de forma simultánea la Bienal de Pensamiento. Las dos ediciones anteriores del festival las había organizado el Ayuntamiento de Barcelona en solitario, pero en esta ocasión han decidido invitar a las demás capitales para "formar un corredor mediterráneo cultural". La Bienal se celebrará entre el 11 y el 16 de octubre en las calles de las tres ciudades a través de conferencias, charlas y coloquios en los que el público que asista podrá realizar sus aportaciones. El pensador israelí Noah Yuval Harari y la premio Nobel de Literatura Svetlana Aleksiévich serán algunos de los ponentes del festival.
Programas diferentes, ponentes compartidos
La Bienal de Pensamiento, que pretende ser “un festival” basado en charlas y ponencias sobre los retos que enfrentan a las ciudades de hoy en día, se celebró por primera vez en Barcelona en 2018, impulsado por el Instituto de Cultura de Barcelona (nombre que recibe la concejalía de cultura del ayuntamiento). La segunda edición, en octubre de 2020, se celebró online a causa de la pandemia y contó con la asistencia virtual de 10.000 personas.
En esta edición, se celebrará en las 3 ciudades: en la práctica, esto significa que se compartirán conferenciantes y ponencias que rotarán por las tres ciudades. De lo poco que este miércoles se ha avanzado sobre el programa es que se contará con la presencia del pensador israelí Yuval Noah Harari, autor del libro súper-ventas 'Sàpiens', y con la premio Nobel de Literatura de 2015, Svetlana Aleksiévich. Los ejes básicos de debate son compartidos: cultura, ciudad, democracia y tecnología.
Uno de los actos que se hará compartido será una lectura simultánea en las tres ciudades de textos de Blai Bonet (poeta mallorquín), Joan Fuster (escritor valenciano) y Gabriel Ferrater (poeta catalán).
Llevar la reflexión a la calle
El objetivo de la Bienal, según ha explicado Ada Colau, es trasladar el debate intelectuales, "la necesidad de reflexionar", desde la academia hasta las plazas y las calles. Por eso, la idea es que los formatos sean abiertos, en espacios públicos que permitan la interacción de los asistentes con los diferentes ponentes que participen en el festival.