4 comercios de barrio con alma

El Clot es un barrio familiar y acogedor que parece que se haya parado en el tiempo. No obstante, sus comerciantes están a la última y apuestan por un comercio dinámico y moderno, con servicios de venta online que facilitan la compra a los vecinos. Cuando vayas al Mercado del Clot encontrarás paradas como esta conocida charcutería regentada por Xavier; hijo, nieto y bisnieto de charcuteros. Él es un ejemplo del espíritu innovador que comparten muchos comercios del barrio, que apuestan por un concepto de mercado con posibilidad de hacer la compra por Internet. Gracias a esto, ahora todo el mundo puede disfrutar del comercio de proximidad sea donde sea. Pero si vas, aprovecha la ocasión para conocerlo y para pasear por la plaza del mercado y por el parque del Clot.

¿Te gusta el arte? Las pequeñas tiendas de barrio son espacios con años de experiencia donde seguro que encuentras todo el material que buscas. En el Raval, uno de los barrios con más propuestas artísticas de Barcelona, está la emblemática Casa Piera, donde Joan te espera entre pinceles, potes de pintura y lienzos. Su pasión por el arte lo ha llevado a transformar su escaparate en una exposición donde ha colgado varias obras de los estudiantes de la vecina Escuela Massana. ¡Así llena el barrio de color y da visibilidad a pintores noveles!

Hay pocos establecimientos que den tanta vida a los barrios como las librerías. Y si además estas sirven de trampolín para que los más pequeños potencien su creatividad, es todo un lujo. Esto es lo que pasa en el barrio de Vilapicina gracias a la La Font de Mimir. Carles e Isabel son dos libreros que han creado un taller de cuentos muy especial, donde los niños y las niñas pueden dejar volar su imaginación y escribir ellos mismos los finales de las historias! Los propietarios, que participan en proyectos como 'Camins Escolars' y 'El Comerç i les escoles', llenan el barrio de creatividad cuando los niños vuelven de la escuela.

La zona de Lesseps puede parecer impersonal y, en cambio, está llena de tiendas cercanas a los vecinos. El mercado de Lesseps es un buen ejemplo, puesto que se define como una gran red social. Entre sus paradas encontramos a gente como Sílvia, una charcutera que participa en el proyecto Radars. Gracias a esta iniciativa, cuando hace días que una persona mayor no pasa por el mercado, Sílvia ya sabe a quien tiene que llamar por si necesita ayuda. Una forma de velar por la tranquilidad y la seguridad de los vecinos más mayores del barrio y de sus familias.