5 cosas que quizá no sabes de la Fiesta Mayor de la Mercè

En 1684 Barcelona sufrió una plaga de langostas terrible. Tan terrorífica que el Consejo de Ciento se comprometió a nombrar patrona a la Mare de Déu de la Mercè si libraba a la ciudad de la plaga. Y así fue. Hasta entonces, la única patrona había sido santa Eulàlia, que por enfrentarse a los perseguidores de la fe cristiana recibió trece torturas que hacen de 'Saw' un cuento infantil. Dice la leyenda que santa Eulàlia, todavía triste por tener que ver como los barceloneses celebran la Mercè, moja la ciudad con sus lágrimas cada 24 de septiembre.

No hay mejor lugar para ver el Piromusical que un terrado. Si no tenéis, echadle un vistazo a la propuesta de Terrats en Cultura, la iniciativa que hace subir teatro, danza, música y poesía a terrados particulares de la ciudad. El domingo, 25, coincidiendo con el Piromusical, montan la fiesta en un terrado del Raval –no dan la dirección exacta hasta que se acerca la fecha– con concierto del músico británico Adam Giles Levy y buena vista del espectáculo pirotécnico. Encontraréis más información en www.coincidencies.com

Diversos museos de la ciudad se pueden visitar gratis durante la Mercè, entre ellos el Picasso, el MACBA, y el Archivo Fotográfico, donde también hacen visitas guiadas. También abren puertas la Torre Bellesguard de Gaudí, la Fundació Suñol y la Biblioteca Pública Arús, entre otros. Del jueves 22 al domingo 25, las Mercè/Mercedes podrán visitar el MNAC gratis con un acompañante.

La ciudad de la luz es la invitada de estas fiestas y desde los Cines Verdi lo celebran con un ciclo de películas ambientadas en París. Del jueves 22 al domingo 25 y en doble sesión diaria (a las 12 h y a las 22 h) proyectan 'Le week-end', de Roger Michell, 'Mon oncle', de Jacques Tati, 'Samba', de Olivier Nakache y Eric Toledano, y 'Madame Marguerite', de Xavier Giannoli. Todas a 3,90 euros.

El lugar que nació como una fortaleza que ordenó construir Felipe V para dominar Barcelona después de la Guerra de Sucesión, la Ciutadella, también acogió un parque de atracciones entre los años 1911 y 1921. Durante una década, los barceloneses fueron para supurar adrenalina en la montaña rusa Los Urales y deslizarse por los tubos de El gran tobogán. Aunque hoy no quedan rastros de todo esto, cada año para la Mercè, el parque de la Ciutadella recupera el espíritu festivo de entonces. Este año, entre otros, se instalan las esculturas efímeras, gigantes y hechas con cartón del artista francés Olivier Grossetête.