El Festival de Poesía de este año quiere reflejar una situación desgraciadamente generalizada en nuestro mundo: la de muchas personas refugiadas que han tenido que huir de sus países y buscar asilo debido a sus ideas, de su voz, de la violencia que todo lo destruye, de una no-vida que las ha obligadas a dejar sus y su casa. El año 2015 fue el de la conmemoración del centenario del genocidio armenio, una tragedia histórica aún no suficientemente reconocida. Y en este 2016 nos seguimos estremeciendo viendo imágenes de familias enteras obligadas a superar hilados espinosos y cruzar el mar en barcas precarias. En esta 32ª edición del Festival hemos querido reivindicar la figura del poeta desplazado, y hemos invitado poetas a quienes se les ha intentado romper los versos, poetas que cargan con la persecución y el exilio, porque el escenario del Palacio de la Música Catalana puedan hacer oír su voz.
El poeta iraní Mohsen Emad, obligado a dejar su país en 2009 tras el golpe de estado de la milicia iraní; la destacada escritora y activista cultural libanesa, Joumana Haddad; la poeta armenia Violeta Grigoryan, nacida, pero, en Teherán; el hoy premiada poeta y novelista Easterine Kire de Nagaland, un remoto estado del noreste de la India donde su lengua y cultura están amenazadas. A estas cuatro potentísimas voces, se añadirá una de las voces más imprescindibles de la poesía catalana más joven, Mireia Calafell, y uno de los grandes de las letras castellanas, Francisco Brines.
En el año de la conmemoración del séptimo centenario de la muerte del escritor y pensador Ramón Llull, sus versos de amor místico también salpicarán el Palau de la Música en persa, árabe, armenio, tenyidie, castellano y en su catalán original. El destacado violinista Joel Bardolet pasará la clave para que no queramos salir de la sala de conciertos y por primera vez, en esta noche poética, la danza vestirá el escenario con los movimientos de los reconocidos bailarines de Mal Pelo.