7 motivos para no perderse la exposición 360º de Van Gogh

Por fuera, puede parecer que el espacio que se instalará en la plaza de Miquel Tarradell expresamente para esta exposición no sea muy grande. Pero una vez dentro de la exposición, los 90 minutos de experiencia permiten adentrarte en un universo en el que se reconfiguran las leyes de la perspectiva y las dimensiones del espacio. La ruta por la vida y la obra de Vincent van Gogh está dividida en seis secciones, cada una de ellas correspondiente con las diferentes etapas vitales y artísticas del pintor, y es tal la densidad de información y la capacidad que tendremos de mezclarnos con el entorno, que será como entrar en un mundo paralelo desconocido. Se puede llegar en metro, en bus o andando, pero alucinarás tanto que te costará salir.

La exposición es una iniciativa del Van Gogh Museum de Ámsterdam, la institución que conserva la mayor parte de la obra pictórica del maestro holandés. No son propietarios de todos los cuadros principales del pintor –por ejemplo, Los girasoles están en la National Gallery de Londres–, pero no cabe duda de que sus expertos son algunas de las máximas autoridades mundiales en el tema. Esta exposición/experiencia la ha desarrollado un equipo de conservadores del museo, en colaboración con equipos creativos especializados en técnicas de arte multimedia, y su llegada a Barcelona –que será la primera ciudad europea en albergarla– viene avalada por el gran éxito de público cosechado en Shangái y el reconocimiento de los premios The Award for Outstanding Achievement como la mejor experiencia de inmersión en un museo en 2017.

Como decíamos, no se trata sólo de ir viendo cuadros. Se trata de tocarlos, de olerlos, de escucharlos, de sentirte rodeado por el paisaje y en compañía de los personajes. Pero además, la exposición se completa con todo tipo de apoyos multimedia, como música, vídeos, pantallas táctiles, realidad virtual y situaciones en los que la tecnología permite un conocimiento de las obras y de la información a partir de caminos novedosos. Y, sobre todo, el apoyo de una audioguía en la que el propio Van Gogh y su familia, representados por la voz de diez actores, y a partir de textos de sus cartas, relatan la historia de cada cuadro y de cada momento de su vida, hasta el punto de que será como meternos en la mente del genio.

Y gracias a la tecnología, lograremos lo imposible hasta ahora: habitar dentro de los cuadros de Van Gogh, sentarnos en la cama donde dormía, tocar el caballete en el que pintaba, pasear bajo su noche estrellada y acercarnos a los girasoles. Esto se consigue transformando cada obra fundamental de su pictografía en un escenario 3D que te envuelve y da la sensación de crear un mundo particular, una burbuja de formas y colores.

Además, cada una de las instalaciones en las que está dividida la exposición permite moverse dentro de ella, de modo que, además de ver las obras, tocarlas y sentirlas, también podremos recorrerlas, en particular los paisajes llenos de colores vivos y formas onduladas que pintó Van Gogh. Una de las fantasías que tenemos ante un cuadro que representa una naturaleza mágica es la de poder entrar en esa naturaleza, atravesar la cuarta pared y estar ahí durante un tiempo. Gracias a esta experiencia de inmersión, podrás reconocer y recorrer los paisajes de Van Gogh.

Y una vez dentro, podrás conocer también a los protagonistas de esta historia: al propio pintor, a su hermano Theo, con el que mantuvo una intensa correspondencia epistolar, a su cuñada, a los padres… Además de las instalaciones a partir de los cuadros más representativos, la experiencia tiene muchos elementos propios de una exposición al uso: documentos gráficos, textos, objetos que pertenecieron al pintor, vídeos y pantallas en las que consultar información complementaria. En total, son más de 10.000 documentos que nos ayudarán a comprender mejor la vida triste y la obra rompedora de un genio universal.

Y si además de la experiencia en la vida real quieres prolongar el momento en tu dimensión virtual y social, ten en cuenta una cosa: la exposición es tan espectacular que las fotos que te hagas allí dentro serán magníficas, y quedarán de fábula en tu perfil de Instagram o en tus ‘stories’. De hecho, la propia exposición ya incentiva este tipo de conversación social: no te olvides de ir con tu móvil o con una cámara de calidad, porque las fotos que te hagas dentro de los cuadros serán un triunfo seguro en tus redes sociales.