Paseos junto al mar

Dificultad baja. 1 h.

Hay gente que la llama la ruta de las calas y los trenes, y es el tramo del GR92 que une Sitges y Vilanova i la Geltrú, aunque nosotros nos quedaremos más o menos a medio camino, en la cala del Home Mort, un lugar idílico y naturista, formado por dos playas, la del Home Mort y la de Roses, separadas por un pequeño acantilado rocoso. La ruta no tiene pérdida: después de visitar Sitges se ha de coger el paseo Marítimo en dirección sur, como si fuerais a Tarragona. Cuando el paseo se acaba, tenéis que seguir el camino de la costa y las indicaciones blancas y rojas del GR. En muchos momentos pasaréis cerca de las vías de los trenes y rodearéis un campo de golf. También encontraréis alguna subida y bajada, pero ninguna de ellas supone un gran esfuerzo. Continuad por el camino hasta que lleguéis a un cruce: aquí ya tendréis delante una magnífica panorámica de la cala.

Dificultad baja. 2 h. www.deltallobregat.cat

De los diversos itinerarios que se pueden hacer por los alrededores de la desembocadura del río Llobregat, os proponemos el del Remolar-Filipines, un paseo sin ninguna dificultad e ideal para hacer en familia y que permite observar una gran diversidad de pájaros acuáticos. El recorrido se inicia en un mirador, el de la Reguera Salabrosa, y los pasos van siguiendo el Brazo de la Vidala, un canal de agua que forma parte del estanque del Remolar. Allí encontraréis un centro de información, y a partir de este punto os adentraréis en la Marisma de las Filipinas, entre prados de orquídeas y balsas con chopos remojando las raíces. Al acecho de la marisma se encuentra uno de los clímax de la excursión; veréis delante un paisaje de aguas poco profundas con martinetes, patos y, a veces, flamencos. En verano, los zancudos empollan en los nidos en medio de la marisma. Todavía os quedarán un par de puntos de observación para disfrutar con la fauna y la flora que vive gracias a las aguas del Llobregat.

Dificultad baja. 2 h 20'

En este itinerario iréis desde las playas de Barcelona hacia al norte, hacia al Maresme, para mojar los pies en la playa de Montgat. Después de más de dos horas de paseo lo necesitaréis, pero vale la pena porque caminando podréis fijaros en detalles imposibles de percibir de otra manera. Tenéis que posar por el Fòrum, cruzar el recuperado tramo final del río Besòs, y dejar atrás las emblemáticas tres chimeneas de Sant Adrià... Siempre junto al mar, en Badalona podéis pararos en el puerto, fotografiaros con el mono de Anís del Mono, y 'entrar en el mar' a través del Puente del Petróleo. Seguid por la avenida de Eduard Maristany y el paseo marítimo de la tercera ciudad más habitada de Catalunya, y después de pasar clubes náuticos y barcas en la arena, pronto entraréis enn tierras del Maresme. ¡Bienvenido a Montgat!

Dificultad baja. 2 h.
parcs.diba.cat/web/baixllobregat/oficina-del-parc

Un itinerario circular de 7,6 km y totalmente plano permite acercarse a la actividad que se desarrolla en el Parc Agrari del Baix Llobregat y en su ecosistema fluvial. Estamos hablando de una de las despensas más importantes y productivas de Cataluña, con 3.500 hectáreas de cultivo donde se extraen muchas frutas y verduras que llegan a nuestras mesas, como la alcachofa Prat como producto estrella. Gracias al Parc Agrari del Baix Llobregat podemos disfrutar de muchos productos frescos que pocas horas después de haber sido recolectados ya se encuentran en los mercados de Barcelona y el Área Metropolitana. Para conocer este espacio dirigios primero a la Masia de Can Comas, Centro de Información y Gestión del Parque, donde además de informaros sobre el recorrido también podréis pasear por sus exposiciones y por una arboleda con 62 variedades de frutales de la comarca.

Dificultad media. 4 h 30'.

Del mar salimos y al mar volveremos, después de subir un poco tierra adentro, y observar algunos de los contrastes de la comarca. Es una ruta bien señalizada –corresponde a un tramo del GR92 –, que iniciamos en la población del Garraf. Buscaremos la calle del Castellot, y siguiéndolo pronto empezaremos el ascenso al collado de Can Lluçà, con una bonita masía del mismo nombre. El descenso nos conduce a la entrada de una fábrica de cemento, y desde allí una nueva subida nos acerca a la ermita de la Trinitat, con vistas espectaculares –en días claros es posible ver los puertos Tortosa-Beseit–. No hace falta decir que conviene llevar agua, protección solar y algún sombrero, ya que por el camino hay tramos frondosos pero también otros de roca pelada. Una bajada pedregosa y divertida nos va acercando a Sitges, donde podremos disfrutar de un merecido baño en cualquiera de sus magníficas playas.