Dice la gente de la antigua villa de Sants que los domingos de mercado un músico ciego tocaba el violín para recoger dinero para vivir en la Plaza Iberia, que se ganó el apodo de plaza del Violí. De ahí surgió la idea de llamar a este restaurante Can Violí.
Instalado en la tranquilidad de La Plaza Iberia, uno de esos lugares que nos recuerdan que Sants fue un pueblo, la oferta gastronómica quiere dar cabida desde la cocina tradicional a las aportaciones internacionales que nos recuerdan que todo está en perpetua transformación.
Aquí podrás disfrutar de una variada oferta gastronómica singular con mucha calma. Para empezar con un buen vermut de Reus con un picoteo de encurtidos en vinagre clásicos y pinchos de calidad, y continuar con una buena comida con productos de la tierra, km 0, con la esencia de la clásica cocina mediterránea, con un toque moderno y actualizado: por ejemplo, fideuá a la leña con cigalas, chipirones con huevo a baja temperatura y jamón ibérico, dados de solomillo al humo de hierbas, un canelón de pato con salsa trufada con setas y parmesano o pulpo a la brasa con parmentier de patata y ajo al carbón. Para acabar, una carta de gintónics y cócteles con espirituosos hechos de la tierra.
Instalado en la tranquilidad de La Plaza Iberia, uno de esos lugares que nos recuerdan que Sants fue un pueblo, la oferta gastronómica quiere dar cabida desde la cocina tradicional a las aportaciones internacionales que nos recuerdan que todo está en perpetua transformación.
Aquí podrás disfrutar de una variada oferta gastronómica singular con mucha calma. Para empezar con un buen vermut de Reus con un picoteo de encurtidos en vinagre clásicos y pinchos de calidad, y continuar con una buena comida con productos de la tierra, km 0, con la esencia de la clásica cocina mediterránea, con un toque moderno y actualizado: por ejemplo, fideuá a la leña con cigalas, chipirones con huevo a baja temperatura y jamón ibérico, dados de solomillo al humo de hierbas, un canelón de pato con salsa trufada con setas y parmesano o pulpo a la brasa con parmentier de patata y ajo al carbón. Para acabar, una carta de gintónics y cócteles con espirituosos hechos de la tierra.