Ginesta

"Somos restauradores anarquistas" sentencia Ramón con la naturalidad característica de alguien criado tras una barra. Él es el jefe de sala del Ginesta, un bar restaurante ultrafamiliar situado en unos bajos del polígono de Montbau. Lo abrieron sus padres en 1971. "Aquí no jugamos a ninguna liga", dice su hermano Jaume, el cocinero.Discrepamos. El Ginesta juega en la selecta liga de los restaurantes de barrio que sirven platos de altísima calidad a precios muy ajustados.

Los laborables elabora un excelente menú de 14 euros donde combina recetas de la madre, Rosa, con otras aprendidas durante su periplo por la alta gastronomía (Santamaria, Gaig y Hotel Arts). Los platos de bacalao y los arroces del sábado son el secreto mejor guardado de una clientela que ya es casi familia. Teniendo en cuenta el pescado del caldo, Jaume improvisa cuatro arroces; uno caldoso, uno de meloso, uno seco y uno tipo paella.

Probamos el arroz negro semilargo de Pals con verduras y tacos de atún de aleta amarilla, servidos crudos para hacerse con el calor de la sartén. Sólo por el aroma y el color del sofrito intuimos que será delicioso. Lo acertamos. Es insuperable. Tiene el punto de cocción perfecto. La crema catalana, en mousse, es un gran final de comida hecho con amor infinito.