Las fronteras son atractivas: a ver quién se resiste a poner un pie en cada país, en las trampas turísticas de turno. Y l'Airet -la primera asesoría fija de Ada Parellada como cocinera- es un restaurante fronterizo. A una zancada de distancia de Barcelona, en Collblanc, y también tiene un espíritu de cocina fronterizo entre la cuchara popular y el cuquismo con sustancia. "Podría haberme vinculado a algo en el centro, pero pienso en la jungla de Enric Granados y me pongo a temblar", se sincera Parellada.
Además, Collblanc es una buena zona para un restaurante con vocación de proximidad (tanto por la temporalidad del producto como por dirigirse a todos los vecino del barrio): "Cada vez que cierra un local, lo sustituye una tienda de camisetas del Barça, y eso nos duele ". Parellada tutela una carta en propiedad del cocinero de Hospitalet Iu Cirici, que fue bulliniano. "Lo que queremos es que el comensal se sienta como en casa, y pueda comer sano. Quizás no es muy original pero intentamos que esté bien hecho ", dice Parellada. ¿Poco original? Con una calidad-precio-rapidez como la de l'Airet, en paseo de Gracia ya sería, no original, sino una especie a proteger. Disponen un menú diario (¡11,50 euros!) Que cambia semanalmente, pensado con tiralíneas: nueve platos diarios, donde no faltan nunca dos sopas, dos ensaladas (una siempre vegana), dos calientes -un vegano y un vegetariano- y un pescado y una carne. "Lo cocinamos todo por la mañana, con una cocina abierta, transparente y sin pretensiones".
Pero con la gracia de la casa, añado. Como, por ejemplo, la que se masca en una ensalada de verdura fría a la brasa de Josper, con una vinagreta de los zumos de frutas del día antes, refrescante y nutritiva, o caballa fresco con miso y nabos glaseados y parmentier, una delicia para días fríos. Es un local versátil, extensivo y cotidiano: abre todos los días de 9 a 21 h, menos el domingo, y se puede desayuno, comida y merienda. A medio camino entre el 'self-service' y la tienda de comida preparada -todo se puede llevar con envases reciclables-, las raciones son generosas y una buena parte de la despensa viene del Baix Llobregat. ¡Calor de barrio!
