¡Te contamos dónde comer una burger top desde solo 3,90 €!

¿El cuerpo te pide burgers? Puedes darle lo que quiere en Come & Vete, una hamburguesería en pleno Eixample que convierte cada burger en un rascacielos de pisos, con salsas y toppings caseros. Y la más barata te costará solo 3,90 euros. ¡Para no creérselo! Si no puedes vivir sin patatas, siempre tienes la opción de añadir un extra de patatas fritas, con cheddar o de boniato.

Y el postre no se queda atrás: también puedes pedirte una gran cookie para rematar la comida a lo grande. De hecho, tienen una cookie estrella para cada una de las seis hamburguesas del menú. Te costará decidir entre la clásica, la de pistacho, la de Nutella o la de dulce de leche.

La carta está muy bien concentrada para destacar la personalidad única de cada burger. ¿Eres más de dulce y salado? ¿O de sabores clásicos? Cada tipo de paladar encontrará su media naranja entre las burgers. La Dramática apuesta por la emoción del sabor tradicional: carne 100 % de ternera, cheddar fundido, cebolla caramelizada y un toque nostálgico de kétchup, mostaza y pepinillos (¡y todo por solo 3,90 €!). El Pecador, en cambio, seduce con bacon crujiente, salsas intensas (BBQ y chipotle) y todo el poder del cheddar (por el módico precio de 4,90 €). Para quienes buscan una experiencia diferente, La Tóxica mezcla roquefort con hashbrown y cebolla morada, creando una auténtica bomba de sabor.

El Viciado engancha desde el primer bocado con su mermelada de bacon y patata paja. Y si lo tuyo es un gusto más gourmet, El Impostor te conquistará con provolone, tomate cherry confitado y una suave salsa de hierbas. ¿Eres vegetariano? ¡No te quedas sin paraíso! La Rebel Veggie demuestra que lo vegetal también puede ser delicioso, con hashbrown, cheddar, cebolla caramelizada y una combinación exquisita de hierbas y tomate cherry.

Toda esta fiesta gastronómica es el resultado de un proyecto en pareja, cuidado al detalle: Emma y Etienne. Se conocieron en la adolescencia y mantuvieron su relación a distancia durante años, hasta que decidieron instalarse en Barcelona –¡por fin juntos!– y montar un negocio en el que volcar sus pasiones y aficiones: hacer cookies y comer bien y a buen precio.

¿Te ruge el estómago? Ve a la calle Comte d'Urgell, 90 y déjate caer en la tentación de Come & Vete.