Vista Corona: un oasis para vivir día y noche

Cuando entréis en el Vista Corona tendréis la sensación de haber viajado a la velocidad de la luz. Os sentiréis en el puro trópico, también en el interior del local, decorado con la calidez de los muebles de madera y lleno de rincones con estilos muy diferentes y de aire desenfadado. Lo mejor, sin duda, el impresionante jardín vertical que cuelga de una de sus paredes. El exterior, el lugar ideal para disfrutar de las vistas Corona en mano, ofrece dos terrazas espectaculares a partes iguales. Una, que queda aislada frente al local, está rodeada de vegetación y se levanta en una gran tarima de madera. La otra es un chill out en toda regla: canapés, enormes pufs, comodísimos sofás… Un lujazo desconectar aquí con estas vistas superlativas del mar y la ciudad.

La cocina del Vista Corona trae a Barcelona la gastronomía mexicana más actual: fiel a la tradición, donde los tacos –revisitados, por supuesto­– son los reyes indiscutibles. Los tenéis de solomillo, de tinga de pollo, de cochinita pibil o de camarón, por nombrar solo algunas propuestas. En los entrantes, mandan los guacamoles, las pescadillas y el ceviche y también hay opciones vegetarianas y veganas además de platos sin gluten. Eso sí, el trono de la carta está reservado para una propuesta de los postres: el taco de Oreo. La realidad supera todo lo que ahora mismo os estéis imaginando. Brutal.

Nadie como los mexicanos para mezclar cerveza con otros ingredientes para elaborar bebidas tan singulares como deliciosas. Pues en el Vista Corona lo petan con cócteles como el Corona Sunset, a base de ginebra, fruta de la pasión y cerveza Corona, el Corona Blackberrydream, que añade tequila y crema de mora a la birra, o el Corojito, con ron, hierbabuena, lima y Corona, como no. Entre los imprescindibles sin cerveza está el frozen margarita. Y las opciones 'sin' son igualmente refrescantes: además de refrescos, smooothies y frappés hay agua de jamaica, limonada, horchata y tamarindo.

El Vista Corona abre todo el día y merece mucho la pena acercarse fuera del horario nocturno para no perderse las actividades diurnas que organiza durante todo el año –eso sí, hay que prestar atención a sus redes sociales para no perder ocasión, tienen Instagram, Facebook y Twitter, así que no hay excusas. Os encontraréis con clases de yoga en la playa y brunch posterior, clases de pintura… Si lo que preferís es, simplemente, disfrutar del brunch sin más, tenéis que saber que la oferta es tentadora a más no poder –huevos benedict, bagel de aguacate, pancakes, boles de yogur o churros con chocolate…

El atardecer del verano… no hay hora más mágica. Si os pilla el momento dentro del Vista Corona, oiréis el repicar suave de una campana que anuncia que ha llegado la hora de la Corona gratis. Estiraos en los sofás del chill out y regalaos la experiencia de ver como el cielo se tiñe de tonos rosados y naranjas mientras el sol se va escondiendo tras la ciudad. 

Porque la vida sin música no es vida, las noches de los jueves, viernes y sábados a partir de las 21h, el Vista Corona se llena de música en directo. Los domingos, además, hay Dj de día: desde las 4 de la tarde y hasta las 9 de la noche. Para aquellos que necesiten continuar moviendo el esqueleto, nada mejor que las Live Dj Set, todos los viernes y sábados desde las 22,30h con los mejores sonidos de deep house, balearic y electrónica.

El Vista Corona no es solo un local sin plástico, es, además, un lugar donde se puede pagar con plástico: el que recojáis de la playa. Durante el verano, por cada bolsa de plástico recogido de la playa para reciclar, os darán una Corona bien fría, gratis. Además, las pajitas de los cócteles no son de plástico, sino de azúcar. Memorízalo: ¿Plásticos? ¡No, gracias!

¿Os ha gustado el Vista Corona de la Barceloneta? Pues podéis repetir en Sitges, en primera línea de mar, en el paseo de la Ribera. Encontraréis la misma carta y podréis aderezar la experiencia gastronómica con clases de yoga, el Corona Mini Market, música en directo y ofertas especiales a la hora mágica, cómo no, el atardecer.