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Cap de Creus
Cap de Creus / © Agència Catalana de Turisme,

5 rutas que os harán redescubrir la tierra catalana con ojos renovados

El Grand Tour de Catalunya es una forma óptima de planificar unas vacaciones o una escapada de fin de semana muy cerca de casa, con cultura, buena gastronomía y éxito garantizado

Time Out en colaboración con Agència Catalana de Turisme
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Podemos empezar haciendo una pregunta: ¿cuántos lugares interesantes de Cataluña habéis visitado y hasta qué punto conocéis la enorme variedad de cosas admirables que podemos encontrar en esta tierra? Sabemos que hay mucha gente viajera y con curiosidad que ya se ha recorrido Cataluña de punta a punta, y que ha coleccionado monasterios, bodegas, paisajes, puentes y estaciones de montaña, pero también estamos seguros de que también hay mucha gente con una lista enorme de lugares de interés pendientes, ya sean las iglesias románicas del pre-Pirineo, las Tierras del Ebro, el interior del Ampurdán o el legado modernista de Barcelona.

Si este es vuestro caso y deseáis conocer Cataluña con más profundidad –ya seáis residentes o viniendo de vacaciones–, una de las opciones más interesantes es recorrer el Grand Tour de Cataluña, una propuesta de ruta que cubre la totalidad del territorio, que no se deja por el camino ningún sitio icónico, y que se puede hacer de forma completa o en cinco tramos bien definidos.

Esta propuesta está inspirada en el Grand Tour de los siglos XVIII y XIX, una actividad que hacían los jóvenes ingleses antes de ingresar en la edad adulta, y que pasaba por hacer una ruta extensa por las maravillas culturales de la vieja Europa, y que podía durar un año. El Grand Tour de Cataluña no requiere tanto tiempo, pero es igual de satisfactorio, ya que permite entrar en contacto con la historia, la naturaleza, la gastronomía, el arte, los miradores más espléndidos, las vías con panorámicas más excelsas y las aventuras más significativas que puede ofrecer Cataluña de norte a sur, y del mar hasta su interior. Y será una oportunidad para realizar escapadas cercanas de fin de semana o plantear unas vacaciones de primera sin ir muy lejos.

El Grand Tour de Catalunya se puede hacer de dos maneras: tenemos la Ruta Icónica, la más larga, que se puede hacer en 13 días, y después cinco tramos divididos en varias etapas que se pueden realizar en un día, y que recorren todo el país, empezando en Barcelona y sus alrededores, y pasando por las Tierras del Ebro, los llanos de Lérida, los Pirineos de Cataluña... Estas etapas os ayudarán a disfrutar de Cataluña como si fuera una tierra nueva, de descubrimiento absoluto, y a admirarla con ojos nuevos. Si os animáis, estas son las cinco propuestas que os recomendamos. Podéis planificarlas en este enlace.

Tramo 1. De Barcelona a Tarragona
Sitges / © Agència Catalana de Turisme

Tramo 1. De Barcelona a Tarragona

Ir de Barcelona a Tarragona es muy rápido. Pero si hacemos el viaje directamente nos estaremos perdiendo todo lo que hay de interesante por el camino, que es una cantidad espectacular de arte, naturaleza y gastronomía. El primer tramo comienza, naturalmente, en Barcelona, con todo lo que nos puede ofrecer la ciudad –museos, espectáculos, tiendas, mar, paseos, restaurantes– y pasa por lugares como la montaña de Montserrat, llena de espiritualidad, mística, magia y misterio, y hace parada en Sitges, donde todavía se respira el encanto de un pasado modernista y marinero. En el camino hacia Tarragona, mientras pasamos por paisajes imponentes, entramos en una de las zonas más ricas del país en términos gastronómicos, sobre todo pensando en la calidad de la uva y del vino, con la garantía de la DO Bages. Si os interesa el enoturismo, visitar bodegas y pasear rodeados de paisajes amplios y claros, el Penedés es vuestro lugar. Una vez lleguéis a Tarragona, os espera otra ciudad con cultura viva e historia antigua, uno de los enclaves de restos romanos más destacados de Europa, abundantes y bien conservados.

Tramo 2. Del Delta del Ebro a la llanura de Lérida: fauna y flora
Amfiteatre romà de Tarragona / © Pep Escoda, Agència Catalana de Turisme

Tramo 2. Del Delta del Ebro a la llanura de Lérida: fauna y flora

Una vez visitada Tarragona, hay que realizar un desvío antes de bajar del todo y descubrir el modernismo en Reus, uno de los tesoros artísticos de la Cataluña de finales del siglo XIX y XX. Es importante dedicar tiempo al arte y a los monumentos –y tampoco olvidéis hacer un buen vermut–, porque después viene un contacto total con la naturaleza. El delta del río Ebro es un sitio ideal para pasar unos días de reposo. Su gastronomía –arroces, mejillones– es extraordinaria, y da la oportunidad de visitar parajes donde abunda una fauna muy destacada donde podemos observar aves como flamencos o búhos. Una vez salimos del delta, hay que subir y, antes de llegar a los llanos de Lérida, con sus paisajes serenos, la ruta incluye los monumentos del románico como los monasterios de la Ruta del Cister.

Tramo 3. Hacia el Pirineo: de Lleida hasta la Seu d'Urgell
Cap de Creus / © Agència Catalana de Turisme

Tramo 3. Hacia el Pirineo: de Lleida hasta la Seu d'Urgell

El tercer tramo os acerca progresivamente a la montaña hasta dejaros en el corazón del Pirineo de Cataluña, donde estaréis tan cerca de las estrellas que, con un poco de suerte, les podréis tocar. Primero pasaréis por los llanos de Lérida, una zona de paisajes inmensos y vistas amplias que anuncian la emergencia inmediata de una naturaleza que se va haciendo más opulenta. A medida que subimos en paralelo a los ríos que bajan de la montaña, descubriréis dos tipos de placeres: la naturaleza –con el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici– y el arte románico del pre-Pirineo. El noroeste de Cataluña conserva las construcciones medievales más antiguas del país y la joya de la corona, que es el conjunto arquitectónico de la Vall de Boí. A medida que vamos más hacia arriba y nos adentramos en los Pirineos de Cataluña, la siguiente parada la marca un lugar muy especial: el Valle de Arán, un paraíso natural a gran altitud que nos facilitará hacer rutas de senderismo y entrar en contacto con la naturaleza, y si podéis pasar alguna noche, mejor aún: la vista de las estrellas es espectacular. Y no dejéis pasar la oportunidad de visitar el Parque Natural Alt Pirineus, bajar por el río Noguera Pallaressa y culminar el viaje en la Seu d'Urgell, disfrutando por el camino de la gastronomía local. Es otro nivel.

Tramo 4. De la Seu al Ampurdán pasado de la montaña al mar
Vistes de Llavorsí / © Agència Catalana de Turisme

Tramo 4. De la Seu al Ampurdán pasado de la montaña al mar

Para llegar al mar, que es el siguiente final de ruta, es necesario seguir el contorno de los Pirineos de Cataluña. El destino final es el Ampurdán, donde se conectan estas dos naturalezas casi opuestas: la alta montaña y la playa salvaje de rocas batidas por la tramontana. Las etapas, que comienzan en la Seu d'Urgell, uno de los rincones con arquitectura religiosa más importantes de Cataluña, os llevarán por cimas de montaña como el mítico Pedraforca, recorrerá la zona volcánica de La Garrotxa, donde se practica una gastronomía única en el mundo, y diversos pueblos medievales.

Tramo 5. De la Costa Brava a Barcelona: encanto medieval y vuelta a la modernidad
Empúries / © Agència Catalana de Turisme

Tramo 5. De la Costa Brava a Barcelona: encanto medieval y vuelta a la modernidad

La quinta ruta os acercará a Figueres, la ciudad donde está la Casa-Museo de Salvador Dalí, y toda la mitología del artista. Ya que estáis en la Costa Brava, aprovechad también para disfrutar del mar, de la navegación, de la belleza del paisaje y de una buena mariscada. Para volver a Barcelona hay que continuar la ruta y empezar con una despedida del Ampurdán visitando las ruinas grecorromanas de Ampurias y pasar después por Gerona, una ciudad encantadora con mucha historia: el barrio judío, la catedral, los jardines y las edificaciones medievales son calles y monumentos que siempre dejan muy buena impresión. Pero Gerona es mucho más que la capital: hay pueblecitos muy atractivos a muy poca distancia. Se continua bajando hasta Vic, para llegar hasta la línea de costa y regresar a Barcelona por el Maresme, otro espacio atractivo por el acercamiento entre los montes del interior y la costa en calma. Una vez lleguéis a Barcelona, tendréis una nueva oportunidad para disfrutar de los placeres de la ciudad, ya sea repitiendo o haciendo todo lo que no pudisteis hacer en la primera etapa: la ruta del Modernismo, ir a la playa, hacer compras o disfrutar de su inagotable oferta cultural.

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