Dramaturgia y dirección: Àlex Mañas. Con: Greta Fernández y Xavi Sáez
Amanda Todd quería ser una estrella. Era joven, valiente... e imprudente. Con trece años osó mostrarle los pechos a un desconocido en una ciberconferència y ahí empezó su vía crucis, terminado en suicidio dos años más tarde. Todo esto es tan verídico como que Amanda Todd existió, por lo que, cuando entramos en la Sala Atrium, sabemos que Àlex Mañas nos contará una historia 'basada en hechos reales'. Lo que no sabemos es cómo lo hará. Y aquí viene la sorpresa, porque estamos ante una tragedia contada de manera directa, sin recovecos sociales, sin ideología -el tema de la obra no necesita explicaciones-, que los dos actores, Xavi Sáez y Greta Fernández, nos sirven desde del imprescindible distanciamiento que el texto requiere. Para empezar, ella es Amanda y es sus amigas. Y él es su padre, el maestro, un productor musical, etc. No hay identificación. No hay drama. Existe la historia.
El relato comienza por el final y, poco a poco, como si no conociéramos qué pasará, Mañas desovilla el hilo. Nos mostrará qué ha pasado, por qué ha pasado, y marcharemos del teatro hablando sobre la privacidad del mundo 2.0. Y con la imagen de Sáez haciendo todos los papeles del auca, preciso, algo chillón. Y la de Fernández, que debuta como actriz, perfecta para el papel -ella es una 'it girl' fuera del escenario- y con ganas de verla en otras tesituras, con la vocalización un poco mejor, pero sin perder esta mirada al vacío, oscura, que te destroza el alma. Un gran texto.
El relato comienza por el final y, poco a poco, como si no conociéramos qué pasará, Mañas desovilla el hilo. Nos mostrará qué ha pasado, por qué ha pasado, y marcharemos del teatro hablando sobre la privacidad del mundo 2.0. Y con la imagen de Sáez haciendo todos los papeles del auca, preciso, algo chillón. Y la de Fernández, que debuta como actriz, perfecta para el papel -ella es una 'it girl' fuera del escenario- y con ganas de verla en otras tesituras, con la vocalización un poco mejor, pero sin perder esta mirada al vacío, oscura, que te destroza el alma. Un gran texto.