Autor: Max Aub. Adaptación: José Ramón Fernández. Dirección: Ernesto Caballero.
Ernesto Caballero y José Ramón Fernández son los pilares de carga de la adaptación escénica de 'El laberinto mágico', el gran ciclo sobre la Guerra Civil (seis novelas y varios cuentos) legado por Max Aub. Fernández ha logrado con su excelente dramaturgia transformar ese ingente material literario en un prólogo de 'La colmena' de Camino José Cela. Vidas cruzadas en contrapunto. Tres escenarios de la guerra (Barcelona, Valencia y Madrid) entre julio de 1936 y abril de 1939. Campos de la contienda fratricida sembrados con los caídos sin medalla. Biografías de los muertos por la mezquinad de uno y otro bando. Aub le regaló un rostro al batallón de civiles y soldados abatidos por los ideales, el azar o la malicia. A su vez, Caballero ha vencido el imposible y ha transformado ese complejo paisaje de lugares y personas en un espectáculo de gran impacto plástico. La transición de un escenario a otro, de un personaje a otro se resuelve con una elegante naturalidad. El espectador siempre sabe dónde se encuentra y con qué vida se ha citado de nuevo.
Un montaje que lo tiene todo para despertar hondas emociones. Y estas no llegan. Se podría argumentar que la disposición a la italiana en el Romea no favorece la conexión -en Madrid se estrenó con otra cercanía al escenario. Algo secundario cuando dispones de un reparto capaz de traspasar la batería. En este sentido, la compañía muestra serias irregularidades. Un maravilloso proyecto de conjunto que se tambalea cuando llega la defensa individual.