Els forats de casa

Un título metafórico para definir una comedia sobre la incertidumbre de la vida humana escrita por una actriz y dramaturga con muchas ganas de contar historias, pero también con poca experiencia en el manejo de las situaciones. El protagonista de esta función es un ejecutivo medio seguro de sí mismo y que parece tenerlo todo: mujer, hijos, una amante y un buen amigo con hombros sobre las que llorar.

La obra tiene un registro de comedia con juegos de palabras muy elementales, ingenuos (los agujeros de la vida, del cuerpo, del lavabo, una conversación telefónica en torno a un nombre japonés), que exigirían en todo caso, para hacer gracia, una exageración en clave de payasos. Una comedia que en la parte final se pone trascendente con la inocente aceptación de esta incertidumbre de la vida en que lo único seguro es la muerte. Si el texto no es para tirar cohetes, la directora, Mònica Lucchetti, no ha sabido encontrar la manera de explicarnos la historia y construir los gags que la autora pone buscando descaradamente la risa del espectador. Luchetti habrá que trabajar más, porque todo el protagonista, Fermí Casado, haga una composición más contrastada, con menos movimiento pero más precisa, con menos velocidad en el modo de decir pero con más intención. Tanto él, como Virginia Sánchez y José Sánchez Orosa parecen perdidos y no salen de los estereotipos. Seguro que, con las funciones, la obra mejorará, y así lo deseamos a todos.