Grec 2015: los espectáculos más radicales

La noche de Helver, bajo la dirección de Dino Mustafić (Sarajevo, 1969) es un trabajo que nos habla sobre la necesidad de comprensión y amor, mientras descubre las terribles verdades sobre el espíritu humano que pueden emerger durante una sola noche. En una ciudad sin nombre, en algún lugar de Europa, Helver y Carla se esconden. En realidad, podría tratarse de cualquier país, desde la Alemania nazi a Ruanda o la antigua Yugoslavia. La guerra civil lo asola todo y es sólo cuestión de tiempo que los encuentren. Helver, mentalmente discapacitado, se divierte con lo que para él es sólo un juego de soldados.

Miedos, prejuicios, estigmas y tabúes... No hay manera de hablar de la muerte sin que un escalofrío nos recorra la espalda. Pero la única gran verdad de la vida ya tiene quien le rinda homenaje: un artista en la más pura tradición de los creadores outsiders que, desde 1995, es el alma del Centro Cultural Imaginario Kiku Mistu. Con cincuenta años recién cumplidos, Kiku Mistu aplica su riquísimo mundo creativo a hablarnos de la muerte. Lo hace mediante una exposición que podremos ver del 1 al 18 de julio y en la que un ataúd se puede convertir en cualquier objeto de mobiliario que pueda imaginar.

La palabra japonesa hakanaï es un término antiguo que hace referencia a la condición provisional de las cosas y que se asocia tanto a la naturaleza como a la propia existencia humana. Fragilidad, evanescencia, transitoriedad son, pues, los conceptos que evoca esta propuesta de danza y tecnología que se ve en Barcelona por primera vez. Lo hace invitando al espectador a contemplar las evoluciones de una única intérprete situada en el interior de un cubo. Sobre las paredes de tul, cuatro vídeos sincronizados proyectan unas imágenes que cambian constantemente y que interactúan con los movimientos de la bailarina.

  Según el escritor y dramaturgo Antonin Artaud el teatro debe provocar, tal como lo hace la peste, un vuelco radical de los valores establecidos. Lo explicaba en una perturbadora conferencia que hizo en la Sorbona el 6 de abril de 1933. Jordi Coca convierte la conferencia de Artaud en un monólogo teatral: la actriz es la anfitriona de una cena de amigos -los espectadores- en que una mesa exquisitamente parada se convierte en el símbolo de las convenciones sociales y morales. Pero veremos cómo todo esto se resquebraja y deja paso a la dolorosa verdad.

El lenguaje coreográfico de Thomas Hauert (que presentó la pieza 'From B to B' con Àngels Margarit en el Grec 2011) podría ser visto como una extensión de la tradición de la danza abstracta. Su escritura altamente polifónica queda plasmada en el escenario en su sentido más completo a través de la improvisación. El Group La Bolsa se ha formado a partir de un interés común por el movimiento basado en partituras. Estas crean marcos concretos y elaborados, y al mismo tiempo dan espacio a la capacidad del intérprete de utilizar su intuición creativa en los encuentros con el público. La medida del desorden es una pieza que pone en escena un organismo complejo, que se reorganiza y se reinventa constantemente, nutriéndose de las iniciativas individuales y los diferentes grados de afectación mutua.

'No hay nadie inculto', 'Si te cortan la cabeza no hay cultura' y 'La cultura es un pasatiempo de la muerte'. Estas tres afirmaciones son la base de una pieza en forma de conferencia en la que los creadores independientes Rafael Lamata y Jaime Vallaure tratan de definir el término 'cultura' y dejar clara la visión y la relación que tienen con ella como habitantes del mundo occidental.

Los primeros momentos del Renacimiento en los inicios del siglo XXI ... Son dos momentos de cambio en la historia de la humanidad, dos épocas que conviven sobre el escenario. Con una dimensión física y otra de intelectual, la nueva propuesta de Nao Albet y Marcel Borràs explora la búsqueda de la libertad como nexo de unión entre un humanismo que toma la forma de los clásicos griegos y romanos o los textos del Siglo de Oro, y el mundo de unos patinadores que llenan las calles de la Barcelona actual y que, como los pensadores de otros tiempos, persiguen sentirse libres.

Somos huéspedes o anfitriones? Qué trato dispensamos a los que acaban de llegar a nuestra comunidad? Un relato breve del escritor francés Albert Camus sirve en parte de inspiración a una coreógrafa fascinada por el concepto de la ambigüedad, una artista tan capaz de seducir al público con su arte como de hacer que se remueva incómodo en la butaca. .. sus coreografías, cien por ciento físicas y llenas de energía, pero también de poesía, exploran conceptos opuestos en cambio permanente.

¿Y si Aquiles y Helena, la hija de Zeus raptada por Paris, se hubieran entrevistado en secreto durante la guerra de Troya y se hubieran enamorado sin remedio? Son dos seres de gran belleza que se atraen como imanes pero que viven un amor imposible. Una serie de escenas, trágicas y cómicas, en verso y en prosa, nos trasladarán a uno de los grandes momentos de la mitología clásica. En el montaje, la danza, la música en escena y la interpretación dramática entrelazan con una narración poco convencional.

La Compagnie XY fue uno de los grandes descubrimientos del público barcelonés que, durante el Grec 2012, se quedó maravillado por la técnica exquisita y la dimensión poética de sus torres humanas. Con el aplauso del público y la crítica en el bolsillo, estos artistas franceses que parecen inspirarse en el universo de los 'castellers' vuelven a la ciudad con un espectáculo nuevo. Y esta vez nos presentan una aventura colectiva en la que exploran la relación entre el individuo y el grupo. Lo hacen a partir de un lenguaje físico específico, unas acrobacias que 'hablan' y construyen por sí mismas un discurso narrativo capaz de expresar ideas y conceptos. Todo toma la forma de un gran juego en el cual las formas se componen y se recomponen como una pintura en movimiento. Es la creación colectiva de un grupo de 22 acróbatas con quien, en esta ocasión, colabora el bailarín y coreógrafo Loïc Touzé. Además de las acrobacias, en el espectáculo de danza, más concretamente el lindy hop, tiene un papel especial ligando individuos y generaciones y convirtiéndose en un punto de encuentro colectivo que, a la vez, deja espacio a la improvisación individual.