Dirección: Albert Arribas. Dramaturgia: Davide Carnevali. Intérpretes: Antònia Jaume, Màrcia Cisteró, Mònica Almirall, Oriol Genís, Sergi Torrecilla.
El cierre de la temporada en el Teatre Nacional de Catalunya (con números muy buenos, según me dicen) ha sido decepcionante. Y no tanto por el contenido de la obra, bastante compleja, del italiano Davide Carnevali, sino por la errática, pretenciosa y aburrida puesta en escena de Albert Arribas, que firma también la traducción.
Davide Carnevali, de quien conocemos 'Confesiones de un expresidente' y la notable 'Variaciones sobre el modelo de Kraepelin', recibió el encargo de Xavier Albertí de escribir una obra inspirada en la famosa película' Teorema 'de Pier Paolo Pasolini. El autor retoma los perfiles de los personajes y, sobre todo, la idea motriz de un ángel exterminador que desballestarà la apacible vida de una familia burguesa seduciéndola con un amor sin intercambio. A Carnevali, autor con un fuerte compromiso político y obviamente un admirador de la subversión política y artística de Pasolini, le ha salido una especie de oratorio laico de formas absolutamente contemporáneas. Con esto quiero decir que no hay relato ni argumento sino una serie de monólogos envueltos en pequeñas acciones que componen una especie de cínico retablo sobre el advenimiento del mesías en nuestra sociedad.
Se trata de una obra arriesgada y con un punto críptico que necesitaba seguramente más experiencia y menos ampulosidad para llegar a escena en condiciones de captar la atención del espectador. No basta con amueblar el escenario con una maraña de tiendas de campaña y otros objetos, ni tiene sentido ensuciarlo con tierra o romper la vajilla para dar vuelo a estos monólogos que hablan del amor materno-filial, del de la novia para su amante, que deambulan por el sentido real de la obra artística y que cuestionan Dios con un humor que rescata la buscada seriedad de la propuesta.