Que alguien de la generación de Marc Ribera (director de 'Masticar hielo') se fije en 'Who’s Afraid of Virginia Woolf' de Edward Albee tiene su punto 'freaky'. Más allá de las razones psicoanalíticas que esgrime en sus notas de mano –poco relevantes para la experiencia del público–, su adaptación libre parece responder a las ganas de arrastrar una obra para vacas sagradas al fango liberador del 'underground'. Subir diez grados la temperatura para destapar el texto como una pieza de 'grand guignol'. La desfachatez estética y la actitud trash de las primeras películas de John Waters.
Un montaje sobrerrevolucionado, anfetamínico, que convence finalmente por la capacidad de control sobre una apuesta escénica que puede conducir al más absoluto y caótico desmadre. Tampoco hay que buscarle sentido a la función –ni siquiera el atisbo de un 'Free Nuna/Honey'– y dejarse llevar por la huracanada energía que se propaga desde el escenario. Aplaudir como se vacían los cuatro intérpretes en un esfuerzo físico y psíquico extremadamente generoso. Una fiesta sin freno como la filmada por Winterbottom en '24 Hours People'.
Dirección y adaptación: Marc Ribera. Con: Eric Balbas, María Hernández, Mar Pawlowsky, Jordi Samper.