Dijo: Josep Maria Riera, Marc González de la Varga y Raül Z. Méndez.
Hay que felicitar a los de Pentateatre Atòmic por la iniciativa de reconvertir la antigua sede de la Filmoteca en un teatro utilizando una fórmula que se extiende por las capitales del mundo y se aleja de las convenciones teatrales. La oferta de Pentateatre Atòmic son cinco pequeños espectáculos que, dicen, duran unos 15 minutos pero que el viernes pasado se alargaron dos horas sin ninguna justificación dramática.
La propuesta es convertir de entrada al público en protagonista y hacerlo partícipe de un recorrido por diversos espacios del teatro. La iniciativa y la idea son buenas, pero necesitarían un filtro más exigente a la hora de decidir qué obras se pueden o no ofrecer al público. Esto me quedó claro porque de las cuatro piezas que vimos (una no se hizo por problemas de un actor), dos cumplían unos mínimos de exigencia, mientras que las otras dos resultaron exasperadamente malas. Sí, un desastre. Dicho sea con la voluntad de elevar el nivel de la propuesta genérica que tiene y puede tener un público joven que lo pase muy bien.
La más interesante lleva la firma de Ivan Morales como autor, y la dirección e interpretación tienen fuerza y credibilidad. Un pequeño juego con el público de pie en los intestinos del teatro con tres misteriosos personajes. La otra, 'Crisis', de Marc González de la Varga, nos cuenta una historia conmovedora. No es un buen texto pero está bien explicado. El resto, nada de nada. Y dos horas son demasiado tiempo.