Dirección: Joan Lluís Bozzo. Música: Albert Guinovar. Con: Toni Viñals, Ana San Martín, Ivan Labanda, Mireia Mambo, Jordi Coromina, Clara Moraleda, Albert Mora, Frank Capdet, Josep Maria Hernández, Anna Alborch, Pep Ferrer, Eduard Mauri, Jan Forrellat, Lucía Torres, Cristina Murillo, Mireia Dolç y Neus Pàmies.
Después de una historia de piratas, 'Mar i cel', una de capa y espada con el trasfondo de la Revolución Francesa y protagonizada por un héroe enmascarado que parece servir por igual como maestro de armas de un soberbio marqués y preceptor de su hija Olympia que para hacer las piruetas de Arlequín en una compañía ambulante dedicada a la Commedia dell'Arte.
'Scaramouche' es deliberadamente una comedia musical para todos los públicos. Una historia de buenos (el pueblo) y malos (nobles y cardenales, es decir, la casta) que revisita con mucho humor el enfrentamiento entre los de arriba y los de abajo, entre los nobles y los miserables. Y como la revolución siempre estará pendiente, por más años que pasen, la empatía está garantizada. Y seguro que de las casi treinta canciones, será el 'Himne del poble', colocado como un guiño al Procés, lo que se recuerde. Es lo que tienen los himnos.
La producción cumple todas las exigencias de un gran espectáculo. Desde el dinámico libreto de Joan Lluís Bozzo inspirado en la novela homónima de Rafael Sabatini (1875-1950) y una dirección de mucho oficio con luchas con florete como no habíamos visto en un escenario del país; la majestuosa escenografía de Alfons Flores; el elegante y vistoso vestuario de época de Montse Amenós; la armoniosa partitura de Albert Guinovart, y un excelente casting que encabeza la poderosa voz de Toni Viñals, la fuerza y el atractivo de Mireia Mambo (que se lleva el gato al agua como hizo en 'Sister act '), el fantástico marqués de Ivan Labanda (el mejor personaje, sin duda) y la frágil pero decidida Olympia de Ana San Martín.