Shenzhen es una ciudad china con industrias de alta tecnología y por ello considerada el Sillicon Valley de China. Y es en esta ciudad donde el dramaturgo italiano Stefano Massini, de quien podemos recordar la excelente 'Lehman Brothers' vista en el Grec 2016, sitúa una obra de teatro político que denuncia las condiciones laborales de los trabajadores en China y por extensión a todas las cadenas de producción en todo el mundo, a pesar de las diferencias notables en derechos laborales entre el gran tigre asiático y el occidente capitalista.
Massini, como en su momento hizo Charles Chaplin con 'Tiempos modernos', carga contra un sistema de explotación deshumanizado que trata a las personas sólo como piezas de una maquinaria de producción para el beneficio de las empresas.
La obra es una sesión de control de cuatro trabajadores/as que pueden acabar despedidos o con el sueldo doblado. Pero es el público situado a cuatro bandas del espacio central quien representa a los trabajadores en busca de una mayor identificación. Un interesante planteamiento bien conducido por Sandra Monclús en un texto lleno de cinismo que lamentablemente reitera como un martillo neumático la misma idea. Un texto que en todo caso necesitaba una mirada más atrevida que la que propone Roberto Romei.
Autoría: Stefano Massini. Traducción: Carles Fernández Giua. Dirección: Roberto Romei. Interpretación: Sandra Monclús.