"Cuando propuse hacer 'Solitud' me dijeron que era un proyecto condenado al fracaso: imposible plasmar la descripción del paisaje, la simbiosis entre este y el cuerpo femenino de la protagonista; imposible hacer teatral la complejidad y la riqueza del uso de la lengua y, sobre todo, imposible superar la experiencia individual... de leer la novela", escribe la directora Alícia Gorina en el programa de mano. Una serie de retos que, a pesar del esfuerzo, diría que no se han superado en buena parte debido a una dramaturgia muy lineal y narrativa que convierte el lector de la novela en escuchador de un audiolibro ilustrado a seis voces donde se mezclan las descripciones y las acciones.
No ayuda el movimiento constante de las cuatro regidoras creando un singular y simbolista espacio escénico durante un primer acto pesado y sin clímax. No vemos la montaña, tan importante en la narración, hasta la parte final del segundo acto cuando Mila pasea con el pastor. No la vemos a ella y su conflicto hasta el magnífico monólogo de Maria Ribera que nos recuerda la Nora ibseniana y que cierra la propuesta de un segundo acto más bien trabado, con buenos apuntes de dirección. Sí que llega, pero un poco reducida, la riqueza de la lengua.
Autoría: Víctor Català. Dirección: Alícia Gorina. Dramaturgia: Albert Arribas. Con: Pepo Blasco, Ona Grau, Oriol Guinart, Pol López, Laura Luna, Adriana Parra, Maria Ribera, Adrià Salazar y Pau Vinyals.