Vides privades

 

La obra del británico Noël Coward ha tenido muchas adaptaciones entre nosotros, la última y en el mismo Teatre Borràs dirigida por el polifacético Paco Mir en 2001. Una versión que respetaba la época, la Belle Epoque, y el lugar, Francia, donde se desarrolla esta comedia elegante. La versión de La Brutal, que firma Juan Cavestany, se distancia del original tanto en los referentes como en el tratamiento de las relaciones de este matrimonio que hace bueno el dicho de "ni contigo ni sin ti". Amanda (Marta Marco) y Eduard (David Selvas), dos cuarentones divorciados hace dos años, pasan un fin de semana romántico con sus nuevas parejas en un hotel de Begur. Lógicamente, se reencontrarán.

La revisión dramatúrgica condiciona no sólo las actitudes de los personajes sino lo que dicen y cómo lo dicen y relega al olvido cualquier sutileza de lenguaje y de juego gestual. La función patina al inicio con la escena del reencuentro por un exceso de atropello que desvirtúa el revivir de aquel amor perdido entre golpes y discusiones. No se ve la llama ni el intangible que los atrae. Y si bien es verdad que la función tiene momentos graciosos, sobre todo por culpa de la calculada exageración de Marta Marco que clava los gags, también lo es que David Selvas le va detrás con menos eficacia.

La dirección, de Norbert Martinez y el mismo Selvas, debe mejorar el ritmo y rebajar el exceso de adrenalina cuando la comedia gira hacia el drama de la convivencia imposible, Un exceso que nos hace pensar que se reflejan en los protagonistas de '¿Quien teme a Virginia Woolf?', con más efectismo que acierto.