La calle Trafalgar empezó a ser menos inhóspita cuando llegó Mica, un proyecto hecho del azar; diseñadora gráfica encuentra un local con encanto y se lanza, de la mano de la pareja, de oficio herrero. Después vendrían Bombon, la galería de arte, y el salón de tatuajes, que llenan de vida el tramo de calle. El nombre de la tienda es sintético, claro y según Judit Reig, la propietaria, suena a japonés e indica que son reales, sin grandes intenciones.
Hay marcas japonesas (bolsas de papel de Siwa, agendas Traveler, pañuelos de Link Collective), holandesas (la vela Tallow, que quema hasta la base) y francesas (bolsas de red de Filt, calcetines Bonne Maison). Buscan el equilibrio entre producto local e internacional, objetos de diseño y artesanía. destacan los jarrones y taburetes de Plec (marca propia) y la bonita selección de juguetes, con los arcos y flechas de Can Cels y los camiones ArcheToys, de Floris Hovers y editados por Magis