Escapada al Berguedà: tierra de setas y de colonias industriales

La gran originalidad de este pequeño hotel son sus tres plantas diferenciadas: en el primer piso tenéis habitaciones clásicas, con muebles antiguos, en la segunda planta hay estancias con colores vivos y muebles de estilo colonial; y en la buhardilla de la casa está la suite. El mismo establecimiento también tiene un apartamento, en el que se puede disfrutar de un jardín privado con barbacoa, y un restaurante con toques originales y personales y basado en productos de temporada y de la tierra.

Arroces, pescado fresco, carnes de calidad, así como una buena selección de vinos y cavas. Es lo que ofrece El Celler de Ca la Quica, un restaurante con encanto ya que se encuentra en los bajos de una casa de piedra del siglo XIX y tiene varias salas con techo de bóveda y decoración rústica.

De larga tradición en Bagà, el hotel hacía honor a su nombre porque se encontraba en las afueras del casco urbano. Con el crecimiento de la población, hoy el establecimiento no está tan "escondido", pero la calle sigue siendo muy tranquila. En el restaurante podréis pedir platos clásicos y típicos de la cocina catalana, pero también con incursiones en la cocina moderna.

Ideal para los que quieran comer un menú macrobiótico, pero también para los que les apetezca una buena carne a la brasa. Cocina de raíz, berguedana y catalana, y de temporada (id, si podéis, cuando las setas se asoman por los bosques prepirenaicos). Este establecimiento, en pie desde el lejano 1932, destaca por el trato familiar pero también por el amplio abanico de platos que sirve, ya que también podéis pedir tapas, bocadillos, o empezar el día con un excelente desayuno.

No busquéis grandes lujos, en el hotel Estel, a cinco minutos del centro de Berga; pero disfrutaréis de una estancia confortable en este dos estrellas de tipo familiar, y que cuenta con 37 habitaciones y algunos apartamentos. También hay que mencionar su restaurante, con un menú diario a buen precio, y sobre todo si vais en otoño no os perdáis el Menú de la Seta que proponen. Volviendo al hotel, entre los servicios que podemos mencionar están la conexión a internet gratis, el parking también gratuito, o los descuentos para los alojados de la entrada a las piscinas municipales, a sólo tres minutos.

El hotel, de tres estrellas, se encuentra a los pies de la montaña de Queralt y en un edificio novecentista de 1932 protegido como bien cultural de interés local. Dispone de amplias salas, aparcamiento gratuito y 49 habitaciones diseñadas de manera elegante y con todos los servicios y comodidades necesarias. Ideal para descansar o como punto de partida para explorar la comarca.

Alojamientos de turismo rural hay muchos, pero con la presencia del Pedraforca cerca, muy pocos. Cal Mianet se encuentra en un lugar idílico, a dos kilómetros de Saldes, y tiene espacio para diez personas. Es una casa de un siglo y medio de historia, ideal como punto de partida de muchas excursiones por el Berguedà. 

En las afueras de Montclar, aislada, en medio de una explotación agrícola y ganadera, con capacidad para 10 personas. Si buscáis tranquilidad y desconexión, Cal Raler es el lugar ideal. Además, dispone de piscina y de barbacoa, para remojaros y para preparar unas buenas comilonas.

Los orígenes de la casa se remontan al siglo XII, y la reforma que se hizo con el fin de convertirla en un alojamiento rural procuraron conservar su encanto. Se encuentra en una finca que mantiene la actividad agrícola y ganadera, y donde se elaboran unas excepcionales comidas que, evidentemente, los huéspedes podrán probar. La casa consta de 6 habitaciones y 5 baños, y no faltan la chimenea, piscina, barbacoa o parque infantil. Ah, ¡y disfrutaréis de unas vistas excelentes de la comarca!

Un camping con todos los pormenores, con muchas instalaciones y servicios para que los clientes disfruten de una estancia divertida y agradable. Especialmente pensado para un público familiar, pero los adultos que vayan solos o con pareja también encontrarán mil cosas para no aburrirse ni un minuto, empezando por su wellness center con circuito spa, y siguiendo por sus piscinas, pistas de tenis, de paddle... Para los que os dé pereza eso de compartir baño, deciros que recientemente el Berga Resort ha abierto unas parcelas de lujo con sanitarios individuales.

Ahora hará 100 años que la espectacular fábrica de cemento impulsada por Eusebi Güell en las afueras de Castellar de n'Hug entró en funcionamiento, y 40 que cerró las puertas. Por suerte, hoy podemos seguir visitando esta singular construcción de aires modernistas y escalonada siguiendo la pendiente de la montaña para aprovechar la fuerza de la gravedad en el proceso de fabricación de cemento. Las visitas contemplan un itinerario externo por las ruinas industriales, y en el interior, donde está el centro de interpretación que nos ayudará a entender mejor el funcionamiento de la fábrica.

Una de las visitas más singulares y atrayentes en la comarca, y en el que disfrutarán desde los más grandes hasta los más pequeños, ya que se entra dentro de una auténtica mina de carbón con un tren minero. Es un trayecto de 450 metros por la galería Sant Romà que permite hacerse una idea de cómo era el trabajo en estas minas. Antes, un poco de historia y de conocimientos sobre los usos del carbón y la vida de los mineros, y la encontraremos en las salas de exposición permanentes, dentro de un edificio que inicialmente era un convento de monjas. Sin duda, una visita que tarde o temprano tenéis que hacer en el Berguedà.

En Berga, el espíritu de la Patum se respira todo el año. Pero, eso sí, la fiesta sólo la podrá ver en la calle los días que toca, para Corpus. Si no se puede ir por estas fechas, siempre os queda el recurso de entrar en la Casa de la Patum y al menos hacer una cata de esta histórica y reconocida fiesta popular. En la Casa se ​​guardan y exponen los trajes y figuras de las comparsas, mientras que en el Centre d’Interpretació se explica con todo detalle en qué consiste la fiesta. Seguro que os vendrán ganas de ir, o de repetir si ya se ha vivido.

El Berguedà tuvo un papel muy destacado en la historia del catarismo, sobretodo a la hora de recibir los últimos cátaros huyendo de sus perseguidores. Es por ello que en el antiguo palacio de Pinós de Bagà hay una exposición permanente en la que diferentes personajes, como Guillem de Berguedà y los Mataplana, os explicarán quiénes eran los cátaros y sus lazos con el Alt Berguedà, y en especial con Bagà. También conoceréis cómo eran estas tierras alrededor de los siglos XII y XIII.