Sorolla pintó como pocos la luz en el agua, en las playas, en los cuerpos mojados, en la costa. Pero Sorolla también era jardinero, y el jardín de su casa en Madrid fue su obra de arte, influenciado por los patios sevillanos y la Alhambra de Granda. En la exposición 'Sorolla, un jardín para pintar', se hace un recorrido por la evolución de la pintura del artista valenciano mientras diseñaba y veía crecer su propio jardín.
Cuadros y dibujos de Joaquín Sorolla, fotografías del jardín en época de Sorolla y esculturas y azulejos originarios de la decoración del jardín, todos procedentes de las colecciones del Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla, integran la muestra, que se presenta articulada en seis secciones: ‘Un jardín para vivir. Un jardín para pintar’; ‘Primer jardín, Sevilla’; ‘El Patio andaluz’; ‘Segundo jardín. Roma y Granada’; ‘El tercer jardín. Estanque y pérgola’; y ‘Epílogo’.