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El juego del calamar
©YOUNGKYU PARK/NETFLIX

Así sería la versión española de 'El juego del calamar'

España no es Corea. Jugamos a imaginar cómo sería la versión española de la popular serie de Netflix

Dani Cabezas
Escrito por
Dani Cabezas
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A estas alturas, es más que probable que hayas visto 'El juego del calamar'. Y en caso contrario, es prácticamente imposible que no hayas oído hablar de ella. Pero si por algún motivo es así, te la resumimos sin 'spoilers': un grupo de personas con serias necesidades económicas accede a participar en un juego muy especial: el que no supera cada prueba se enfrenta a una muerte segura. El ganador se lleva un premio multimillonario. 

He aquí algunas de las características que tendría una hipotética versión española de 'El juego del calamar': 

1. Víctimas del juego... y de la hipoteca. Todos los participantes de 'El juego del calamar' tienen algo en común: están arruinados y acumulan cuantiosas deudas. En España el juego sería, como en el caso del protagonista coreano, uno de los motivos de esa ruina. Y las casas de apuestas, el lugar en el que intentar salir adelante para acabar en un pozo aún más profundo. Pero lo que de verdad uniría a los participantes de un juego del calamar 'made in Spain' sería el pago de la hipoteca.  

2. Juegos 'de niños'. En la primera prueba de la popular serie, los desdichados coreanos se ven obligados a correr por salvar su vida, en una macabra versión de lo que en España se ha llamado de toda la vida 'El escondite inglés'. Si la serie se hubiera hecho a este lado del mundo, nada como algunos juegos inolvidables de nuestra infancia: el pañuelo, piedra, papel o tijera, la peonza o la clásica rayuela. Por su parte, los participantes de mayor edad se jugarían el pellejo en trepidantes partidas de petanca y dominó. Pensar cómo se quita de en medio a los perdedores en cada modalidad quedaría para la imaginación de los guionistas, entre los que podrían figurar nombres como Juan Antonio Bayona, Jaume Balagueró, Paco Plaza o Álex de la Iglesia. 

3. Caliéntate como puedas. ¿Problemas para pagar la luz? En 'El juego del calamar' español, los concursantes tendrían que aprender a hacer fuego para combatir las bajas temperaturas del invierno, armados únicamente con dos piedras y un puñado de troncos. El desafío definitivo para que la factura no se convierta en pesadilla.

4. Duelos gastronómicos. En España nos encanta comer. También pelearnos. Ambas características de nuestra particular idiosincrasia se pondrían de relevancia en una prueba especial: cada participante tendría que cocinar un plato regional de la gastronomía española. Paellas, tortillas, cocidos, calçots, fabada... El jurado sería aún más implacable que el de 'Master Chef'. Si te pasas de sal, ya sabes. 

5. El cuñado mortal.  Mientras los concursantes cocinan su especialidad, la versión española de 'El juego del calamar' contaría con una prueba verdaderamente heroica, solo al alcance de los que demuestren verdadera tenacidad: aguantar la chapa de un cuñado sobre cómo cocinar el plato en cuestión. O sobre política, o sobre fútbol, o sobre cambio climático... o, quién sabe, quizá sobre la propia serie coreana, en una metaprueba al alcance de los muy, muy pacientes. 

6. La siesta eterna. Hay pocas cosas por las que los españoles seamos mundialmente conocidos como la siesta. En 'El juego del calamar' 'spanish version', caería eliminado el primero que se levante de ella tras una comilona épica cuya sobremesa se ha alargado más de la cuenta y ha terminado en copas. Es cierto: puede que no sea la prueba más emocionante del mundo, pero que nos quiten lo 'siesteado'.

7. La madre de todas las rotondas. ¿Hay algo más español que una buena rotonda? En nuestro particular juego del calamar, los concursantes han de sacar a relucir sus dotes artísticas, diseñando una escultura para decorar la rotonda de su barrio o pueblo. Los que sean capaces de crear el mayor engendro pasan a la siguiente ronda. Ser amigo, primo o cuñado del alcalde también suma puntos de cara a superar la prueba, que contará con Calatrava como juez invitado. 

8. El gran premio final. Nada de dinero: los afortunados que lleguen al final del juego reciben un piso de 45 metros cuadrados en un barrio residencial de Madrid o Barcelona. Los más avezados lo venderán a un precio aún mayor, lo que a su vez obligará a otros a hipotecarse y volver al punto número uno de esta lista. Ya tenemos nueva temporada. 

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