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Desde el viernes 18 de septiembre, y hasta el próximo día 30 de este mes, tres nuevas esculturas se suman al paisaje arquitectónico de Madrid en los jardines del Ministerio de Fomento, en la zona de Nuevos Ministerios. Aunque más que de esculturas, deberíamos hablar de piezas de arte para interactuar con ellas, como si fueran columpios. Os contamos qué son, por qué están ahí y qué podéis hacer en ellas.
Se trata de una concesión temporal de Concéntrico, el Festival Internacional de Arquitectura de Logroño (que del 3 al 6 de septiembre pasados celebró su sexta edición), y que surge para dar respuesta a la evolución de la práctica arquitectónica actual, esa que respeta el entorno y lo convierte en un lugar habitado. Y esta instalación supone una manera de dar continuidad al festival. Al igual que en la cita riojana, los madrileños vamos a poder descubrir la intención que se esconde detrás de cada una de ellas.
Son tres esculturas: Banquín, realizada por el estudio Mecanismo, es una pieza que pretende conseguir que los bancos dejen de ser una pieza de mobiliario urbano para descansar y que se convierta en un espacio urbano en sí mismo, generador de actividad y relaciones sociales. Se puede caminar sobre él, correr o saltar.
La segunda pieza es Arch-Play, de Silvia Bachetti y Agnese Casadio (Italia y Alemania), es una obra con la que ambas artistas parten de la arquitectura de los arcos para extraerla de su contexto e invertirla con redes elásticas. El resultado es una pieza sólida de arquitectura en un paisaje suave donde podemos sentarnos, tumbarnos, rodar o incluso saltar. Y, por último, Prismarium, de Ignacio Hornillos Cárdenas y Javier Fernández Contreras, algo así como una cristalografía de prismas que combina los mecanismos de proyección en periscopio y cámara oscura mezclando imágenes de la ciudad en tiempo real.
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