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La escena electrónica resurge en Madrid

Escrito por
Sergio del Amo
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Siempre hay cosas a mejorar, pero no cabe duda de que la escena electrónica está viviendo un momento de lo más dulce en la capital. La primera edición del festival Paraíso ya fue un buen indicador, aunque este 8 de septiembre la premisa se verá reforzada con la puesta de largo del prometedor y ecléctico festival Amanecer Bailando (Marco Carola y Loco Dice, Andrés Campo y Ramiro López, C. Tangana, Dellafuente, etc.) Pero a todo esto, ¿qué opinan los nombres propios, DJ y productores, que cada noche tienen el difícil cometido de hacernos evadir de nuestras miserias en la pista de baile, sobre la situación actual de la escena electrónica en Madrid?

El sonido es todavía una cuenta pendiente. “Generalmente ser DJ no es tan bonito como parece. Hay que dedicarle muchas horas y sacrificar muchas cosas”, comenta Trømmel, detrás de quien se esconde el extremeño (aunque madrileño de adopción) Sergio García. “Para mí los mejores productores los tenemos aquí. No obstante, creo que cuidaría un poco más el soundsystem de los clubes e intentaría crear eventos que se realizaran en espacios diferentes a los que estamos acostumbrados y en otro tipo de franjas horarias”, añade, señalando el Cassette Club, Studio 76 o el recientemente inaugurado Warehouse440 como algunos de los mejores lugares en la actualidad.

Ed Is Dead
©Samantha Lopez

Tamara Muñoz, conocida como Parallax, al igual que García no duda en afirmar que la cuenta pendiente sigue siendo el sonido. ¿Echa en falta más mujeres que sigan su ejemplo? “Cada vez hay más, pero siempre se echa de menos una mayor presencia femenina tanto en la cabina como fuera de ella. Tengo claro que hay que dar más oportunidades. Los carteles de los festivales de verano vuelven a decepcionar con el porcentaje de mujeres”, contesta. Cuando se le pregunta acerca del local más interesante no duda en decir que el honor corresponde a Utop14 porque “el ambiente y el espacio es todo lo que se le puede pedir a un club”.

“La llegada de Carmena ha dado un halo de luz a todo esto”, confiesa por su parte Edu Ostos, a quien conoceréis por sus producciones como Ed Is Dead. Puntualiza que hay mucho por hacer en “la legislación a la que se ven atados los clubes, la poca facilidad y ayudas que hay para programar música en vivo, los limitadores, el IVA y, en general, lo difícil que resulta rentabilizar una sala, un club, una fiesta o una propuesta cultural que no esté amparada por un gran nombre que venda mogollón de tickets”. Asimismo, no cree que haya una escena propiamente dicha porque “cada uno vamos intentando dar pasitos por separado”, pero destaca el buen hacer del festival anual Music & Dealers, Metacírculo en el Círculo de Bellas Artes, Club Trueno en la sala El Sol o Tortilla en Costa Social Club.

La calidad claro que importa: “Los clubes y promotores son inversores que tienen que dar un producto de calidad a la gente y también vivir de ello. Quien está en esto tiene que saber que la calidad es una cosa muy valorada por todos: un buen sonido y una buena mesa son imprescindibles si uno quiere organizar fiestas. Y la gente, del mismo modo, tiene que estar un poco más predispuesta y abrirse a nuevos sonidos más allá del bombo y el techno pesado”, opina Borut Viola, quien como Bawrut ejerce de residente en Mondo Disko. Más allá de ese mismo club solo tiene buenas palabras para sitios como Siroco o El Cuerpo del Disco “la fiesta más divertida que se organiza en Madrid”.

En el mundillo de la noche, se echa de menos una mayor oferta de salas y espacios para propuestas arriesgadas. En 2005 Nacho Guillén (Snowy Beatz) decidió crear junto a Blastto el sello Total Trax, que suena “a trance, gabber, progressive o hardstyle, sin ser técnicamente nada de eso”. Pese a destacar colectivos como Brrrrrap que “promueven sonidos de club vanguardistas desde hace años contra viento y marea”, lo cierto es que es el más escéptico de todos.

“Madrid tiene una carencia de salas y espacios que se presten a propuestas más arriesgadas. Por todos es sabido lo difícil y la de trabas que existen a la hora de organizar eventos fuera de lo común”, denuncia. Nunca puede llover a gusto de todos, claro está, pero para mejorar resulta imprescindible escuchar atentamente a los verdaderos protagonistas de la noche.

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