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Imagina meterte en una piscina tan descomunal que parece no tener fin. Pues existe, y no está en la costa, sino aquí mismo, en la Comunidad de Madrid. Un rectángulo azul de más de 200 metros de largo, lo suficiente como para nadar sin dar media vuelta en un largo (muy largo) rato. No es casualidad que sea la piscina más grande del país: aquí caben miles de personas (concretamente, el aforo es de 2.305) y aún sobra espacio para estirar la toalla cómodamente.
Está más cerca de lo que crees. Este 'piscinón' se ubica en plena sierra de Guadarrama. Concretamente en el área recreativa de Riosequillo, a dos kilómetros de Buitrago de Lozoya y a apenas una hora en coche desde la capital... siempre que no encuentres atasco.

Más allá del tamaño, el entorno merece un capítulo aparte. Encinas, olmos y fresnos refrescan la zona gracias a sus amplias sombras. Desde cualquier lugar se puede ver el embalse que bordea la instalación. Y las vistas a la sierra son simplemente únicas.
Desde 1993, esta piscina XXL ha sido un secreto a voces para quienes prefieren un chapuzón de montaña a una piscina de barrio. La sensación al asomarse a su borde recuerda a las 'infinity pools' de lujo, con el extra de que aquí la entrada cuesta mucho menos (aunque, ojo, el agua está clorada: no es del todo "natural").
Además de nadar a tus anchas, el recinto ofrece todo lo necesario para pasar el día sin moverse del sitio: zona infantil (incluida una segunda piscina de menor tamaño), merenderos, bar con terraza, parque, deportes y hasta aparcamiento gratuito para cientos de coches. El único "pero" es que las entradas (a 9 euros de lunes a viernes y 14 los sábados y domingos) se venden solo en taquilla y de manera individual. Si quieres sitio, mejor llegar pronto… porque este oasis madrileño se llena en cuestión de horas.