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Que arriba o abajo, sea cruzando una puerta o atravesando la cocina, encontremos un espacio clandestino más o menos festivo dentro de un restaurante no es nuevo. Pero lo que propone en Madrid Javier Bonet, minucioso creador de conceptos gastro, responsable del gran éxito que fue (y seguramente seguirá siendo) Sala de Despiece -sigue abierto el local en pleno centro en Virgen de los Peligros, 8 pero antes de que acabe el año abrirá de nuevo en Chamberí-, apunta, más allá de su hermetismo, a un refugio que cuida al detalle esta parte lúdica/hedonista, tanto si hablamos de la sección líquida como del diseño de sonido, el mobiliario o la atmósfera. De esto se han encargado el peso cae en los estudios YYPLUSPLUS y CALIP ER con piezas ad hoc.
Tras abrir Sala Cero (y evitar que salieran fotos aquí y allá de su nueva criatura; en su IG no hay ni una imagen ahora mismo ni de platos ni del local), llega el estreno de SubCero, el espacio underground, de aire industrial y un poco '2001.Odisea en el espacio' que es a la vez mitad coctelería de vanguardia, mitad club nocturno para las primeras copas. Porque, hoy por hoy, su horario no va más allá de la 01:00 h (o 01:30 h.).
Sirve igual para el afterparty después de cenar arriba su secuencia (no menú degustación) o como una excusa en sí misma para acercarse a la misteriosa puerta metálica de Ayala, 27. De momento se puede ir con o sin reserva. Pero sabed que el aforo es bastante limitado. Alrededor de 32 personas, repartidas en barra o en mesas bajas, caben en ese búnker con máquinas de vending de aire retrofuturista.
El telón se abre únicamente de jueves a sábado. Con la asesoría de Juan Valls (reconocido bartender de El niño perdido en Valladolid) y Amarguería (presentes en casi todo lo que más suena en las barras de Madrid), los tragos no fallan. Eliges tu combinación de ingredientes en una carta diseñada como si fuera una pantonera y listo. Versatilidad de sabores y momentos para una docena de opciones (algo hay sin alcohol también).
Si queréis adelantar la fiesta navideña o escapar de las luces callejeras para meteros en otras, reservad plaza aquí. Electrónica de fondo que cambia según la hora y cada sábado, las Codex Sessions. Y para pasar los tragos, porque vais a tomaros más de uno, algunos bocados... entre ellos, clásicos de la casa como el rólex o el chuletón cenital.
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