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Batalla Naval de Vallecas
©Jesús Inastrillas

Vallecas se moja este fin de semana en su Batalla Naval (¡la mejor fiesta del verano!)

Dani Cabezas
Escrito por
Dani Cabezas
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La Batalla Naval de Vallecas celebrará el próximo 14 de julio su edición número 38. Una fiesta diferente, que atrae a un número cada vez mayor de madrileños y turistas y en la que el buen ambiente está garantizado. Aquí van cinco motivos por los que no debéis perdérosla. Eso sí: preparaos para volver a casa pasados por agua.

1. Por el calor. ¿Por qué si no? Luchar contra el sofocante y seco calor del mes de julio es el propósito principal de la Batalla Naval de Vallecas. Al fin y al cabo, este es el mes más tórrido del verano madrileño y existen pocas maneras mejores de combatir las elevadas temperaturas que con el agua. A chorros, a manguerazos, a globazos, a cubos… Agua desde las esquinas, las ventanas, las azoteas y los portales. Agua para todos y siempre con la diversión y el buen humor por bandera. Al fin y al cabo, se trata de disfrutar.

2. Por su historia. Corría el verano de 1981 y el mercurio marcaba 40 grados a la sombra. Un grupo de jóvenes que participaban en las fiestas del Carmen decidieron refrescarse, utilizando para ello las bocas de riego situadas en la calle Peña Gorbea, conocida como Bulevar de Vallecas. Y así, lo que comenzó como un inocente juego acabó convirtiéndose en una reivindicación utópica: “Puerto de mar para Vallecas”. Un año después, 3.000 vallecanos se sumaron a la fiesta, que no tardó en convertirse en una tradición fuertemente arraigada en el barrio. Eso sí: a lo largo de su historia, la Batalla Naval ha tenido no pocas dificultades: las primeras ediciones estuvieron marcadas por la persecución policial de la fiesta. Y en tiempos de sequía hubo que emplear la imaginación: en 1993 se utilizó espuma y dos años después, agua reciclada. Ahora incluso la Lonely Planet la recomienda como una de las celebraciones más originales de la capital.

3. Por su rollo reivindicativo. Vallecas es, además de uno de los barrios más grandes y poblados de toda Europa, uno de los más combativos de España. Un lugar que puede presumir de contar con el tejido social y asociativo más rico de toda la ciudad, algo que ha estado presente desde el primer día en la Batalla Naval. Por ello, a lo largo de las distintas ediciones, desde la organización de la fiesta se han apoyado explícitamente a causas como el 15-M, la lucha contra el machismo, la acogida de los refugiados, la defensa de la sanidad y la educación públicas o, como el año pasado, la derogación de la llamada ley mordaza. Además, la Batalla Naval es el escenario de la entrega del Premio a la Utopía, que reconoce la labor de aquellas personas o colectivos que han destacado por su lucha en favor de un mundo más justo a lo largo de los doce meses anteriores. 

4. Por los vecinos. Hay pocas fiestas populares más horizontales, participativas y democráticas que la Batalla Naval. Desde el año 2000, su organización recae en la llamada Cofradía Marinera de Vallekas (con K, como manda la tradición contracultural del barrio), una asociación vecinal sin ánimo de lucro que funciona de manera asamblearia, dona el 1% de sus ingresos a causas sociales y participa en otras iniciativas del barrio igualmente populares como los Carnavales, el Día Infantil y Juvenil de Vallecas o las Hogueras de San Juan. Aunque todo el mundo es bienvenido a la Batalla Naval,  la fiesta sigue atesorando una clara vocación vecinal que le confiere una autenticidad y un encanto únicos.

5. Por la paella popular. La celebración concluirá, como en anteriores ediciones, con una gran paella popular en la plaza de Puerto Rubio, conocida por todo vallecano que se precie como la plaza Vieja, otro de los epicentros de la vida del barrio. Los bonos para la paella se pueden comprar en La Frasca (calle del Payaso Fofó, 24), junto al estadio del Rayo Vallecano, o en la plaza el mismo día de la Batalla Naval, antes de las dos de la tarde.

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