Los 7 hoteles más curiosos y atípicos de Madrid

No es el hotel más antiguo de Madrid (este título lo ostenta el Gran Hotel Inglés, fechado en 1853) pero sí es el más antiguo de España, levantado en un edificio original del año 1610. Está en el corazón de la ciudad, en una de esas callejuelas que bordean la histórica plaza Mayor, y cuenta con apenas siete habitaciones, aunque algunas con capacidad de hasta seis personas. ¿Que por qué le llama la posada del peine? Porque este alojamiento (hotel boutique desde 2006, quees  cuando reabrió de nuevo sus puertas, después de permanecer cerrado desde 1960) ofrecía a sus huéspedes un peine. Algo así como la 'amenitie' de la época, solo que no podían llevárselo; de hecho, estaba atado a una cuerda para impedirlo.

Parece recién salido de una película de ciencia ficción al más puro estilo Matrix, Avatar o Star Wars, pero en realidad está inspirado en los hoteles cápsula de Tokio (nacieron en Osaka en 1977). Así es Arts Seven Hostel, el nuevo hotel futurista que ofrece a los huéspedes una experiencia, sin duda, diferente a las de otros establecimientos para pasar una noche en el centro de Madrid. Aunque, por precio (entre 30 y 50 euros la noche), y servicios (apenas una cama para dormir y baño compartido) hay que decir que A7H se trata en realidad de un hostel. Está formado por 36 cápsulas individuales y 20 cápsulas dobles, que se reparten por seis zonas temáticas dentro del complejo. Y en cada una de ellas, el espacio está aprovechadísimo al máximo. En sus de 2,5 metros cuadrados cabe una cama y poco más, como un espejo con regulador de luz para personalizar ambiente, y una caja fuerte para guardar pertenencias. Porque la idea de estos hoteles pasar poco rato, para echar una cabezadita y poco más. Aunque en el caso de A7H, sus servicios van más allá: además de su estética, cuenta con una oferta multicultural que va más allá del sueño, convirtiendo su espacio en escenario para rodajes, festivales de cine, jazz sessions y mil historias más.

Todas las estancias de este hotel están customizadas con temática cinéfila. El concepto ha sido ideado por Eva Almohacid, directora de arte de DSQUADRA y arquitecta de interiores. Por este motivo, sus diferentes habitaciones están dedicadas a películas, directores, actores e incluso géneros concretos: desde Chaplin, Steve McQueen, Berlanga, Pedro Almodóvar o Marilyn, hasta Tim Burton o Alfred Hitchcock. Sin olvidar títulos tan diversos como Mary Poppins, Buena Vista Social Club, Blade Runner, Amelie, La Naranja Mecánica, Los Amantes del Círculo Polar, King Kong o El Guateque, gracias a la intervención de artistas como Jorge Arévalo, Javier Baeza, Javier Crespo y Arly Jones, entre otros. Asimismo, el más difícil todavía lo consiguen con los televisores de última generación y acceso gratuito que disponen todas ellas, y que permiten disfrutar de una completa programación de películas y cortos muy interesante. ¡Cámara y acción!

Madrid está 'on fire' y cada vez son más los hoteles y cadenas de lujo que vienen a instalarse en la capital. De hecho, muchos están eligiendo una misma zona para abrir sus hotelazos, en los alrededores de la puerta del Sol (Four Seasons, Brach, JW Marriott...) tanto es así, que ya se la conoce como la nueva Milla de Oro de Madrid. Sin embargo, entre tanto lujazo, solo un hotel puede presumir de tener la habitación más cara de la capital, y ese es el Rosewood Villa Magna, un histórico de la ciudad que acaba de reabrir sus puertas reconvertido en uno de los más lujosos de Madrid. Pasar una noche en Anglada House, que así se llama esta suite real, cuesta 22.000 euros. Son 220 metros cuadrados con dos dormitorios, comedor, una sala de estar, gimnasio propio, chimenea y vistas espectaculares de los tejados de la ciudad. En cuestión de precio (que no de tamaño), le sigue muy de cerca la Suite Presidencial del Four Seasons (más de 400 metros cuadrados, en los que antiguamente estaba el despacho de Mario Conde), por 20.000. Quien los tuviera. 

The Pavilions es el primer 'boutique art hotel' de Madrid. Un concepto que une las comodidades de un alojamiento de poquitas habitaciones con la oferta de una galería de arte. Lo que viene siendo dormir en un museo de arte contemporáneo de lo más inusual, con obras de artistas españoles pero también internacionales (Guillem Nadal, Rafael Canogar, Simon Edmondson, Antonio Murado, Marcelo Burgos, Bosco Sodi...) repartidas por las 25 habitaciones y tres suites. Además de los espacios comunes, en los que no faltan los guiños (artísticos) a la capital, como ese oso que descansa sobre el gran sofá de Edra que preside el lobby del hotel. Y el formato funciona, tanto que no son pocos los hoteles de la capital que han incorporado obras de arte a sus habitaciones y zonas comunes. 

No es solo por su estética urbana y ecléctica, y su inspriación musical en la que tienen cabida todo tipo de géneros (rock, jazz, electrónica...). El Barceló Imagine, un cinco esrellas de lo más vanguardista abierto en la zona de plaza Castilla, es el primer hotel de Madrid que se atreve a organizar un festival en su azotea y el único en llevar la mejor música de Madrid al cielo (pero de verdad). Se trata del Imagine Fest, una cita que este 2022 celebra su segunda edición con un 'line up' en el que figuran algunos de los grandes nombres del pop y el rock nacional: Anni B Sweet, Soleá Morente... Y todo desde la terraza de su lobby bar Studio 32 con insuperables vistas de los tejados y el cielo de Madrid, a un paso de la plaza de Castilla.

En una de las Cuatro Torres de Madrid, símbolo del 'skyline' financiero madrileño más vanguardista, se levanta el hotel Eurostars Madrid Tower. Una ubicación que por sí misma ya es interesante. Pero si además le sumamos la distancia tan brutal que hay entre el suelo y su planta más alta, el hotel se convierte en todo un reclamo para los que buscan, además de un lugar para pasar la noche, vivir una experiencia diferente, con panorámicas de vértigo y sensaciones de altura. Se encuentra en la Torre SyV (236 metros), ocupando las 30 primeras plantas de esta mole de cristal. Eso significa que los 100 primeros metros de la torre corresponderían al hotel. Un alojamiento en el que todo tiene vistas espectaculares: desde el restaurante Volvoreta, siutado en la última planta del hotel (la 30), y por tanto el más alto de la ciudad, al spa, el gimnasio...