Inaugurado en el año 1916 como mercado de Abastos, el Mercado de San Miguel, en el barrio de La Latina, cuenta con una historia centenaria que continua viva en pleno centro de la capital. A solo unos pasos de la Plaza Mayor, se trata de una de las atracciones gastronómicas más concurridas de Madrid y suma, anualmente, más de siete millones de visitas. Cuidadosamente restaurado, se caracteriza por haber mantenido su característico interior abriéndose a la ciudad con un exterior completamente acristalado.
Puertas adentro, su amplia propuesta de ocio gira en torno a la gastronomía, que se articula en diferentes tipos de oferta que cubren culinarias de toda España y se presentan en diferentes formatos a lo largo de los distintos puestos para comer: de tapeo, para picar, con platos principales, con el producto de mar, tierra o huerto como protagonistas, en versiones dulces y saladas y, también, con espacios que otorgan el protagonismo a la bebida.
Nombres propios con un notable reconocimiento nacional e internacional: por ejemplo, el Grupo Arzábal, un referente tabernario con el sello de los incombustibles Iván Morales y Álvaro Castellanos, siempre atentos a la temporada y abanderados de la mejor materia prima. El Señor Martín tiene su propio carrito, en el que disfrutar de la mejor fritura de pescado y, en la esfera dulce, también está presente Madreamiga de Begoña San Pedro. Estrellas Michelin que firman las propuestas de uno de los platos más buscados por los extranjeros, la paella, que queda en buenas manos en Paella by Rodrigo de la Calle, chef de El Invernadero, y el postre más dulce en Rocambolesc, el sueño helado de Jordi Roca.