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A mitad del paseo que baja al Matadero hay una esquina donde a la hora de comer/cenar siempre hay gente haciendo cola. Y la gente no se equivoca. El humilde restaurante Tres cerditos cuenta con una pequeña terraza y tres mesas en el interior pero con una legión de vecinos del distrito que se han rendido a su precios y sus platos. Triunfan las empanadillas, que elaboran ellos mismos y ahí mismo con varios rellenos, pero también hay sopas, crepes de tamaño XXL que preparan al momento y tallarines hechos a mano. Dadas sus dimensiones, gana el take away. Y si vas con tu propio tupper a por unas raciones de sus dumplings, te regalan uno.