Más de 137 años y cinco generaciones después, el legado de José Ramírez I sigue vivo en cada guitarra artesanal de madera que sale del taller que ahora regentan Cristina y José Enrique Ramírez, junto a su tía Amalia Ramírez, una de las primeras mujeres no solo en dedicarse a la construcción de este instrumento sino a innovar en su proceso de creación.