
1. La terraza que te mereces
Es grande, mucho. Y haciendo esquina. Eso solo puede significar una cosa: vistas increíbles al cuadrado. Y es que desde la terraza de este ático se ve cómo Madrid se extiende hacia el Sur. También se contempla en primera fila la estación de Atocha y, al fondo, a lo lejos, las siluetas de las montañas de la sierra. Si un desayuno aquí te parece tentador, espera a vivir un atardecer. Puedes disfrutarlo también desde su salón. Es enorme, cálido y bañado por una abundante luz natural. Será aquí donde pases la mayor parte del tiempo. Lo de dormir, mejor en sus habitaciones. Tiene dos con sendas camas de matrimonio. Si venís con niños pequeños, pedid cuna y trona. Y, otra cosa, es pet friendly.