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5 creadores de Barcelona que no les tienes que perder la pista

5 creadores de entre 25 y 36 años, hijos del nuevo mundo digital, multidisciplinarios, globales e indispensables!

Escrito por
Ricard Mas
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Son la primera hornada de creadores nativos digitales. Llegaron a la adolescencia con internet y la globalización. No entienden, de fronteras. La mayoría ha vivido episodios formativos en el extranjero, casi todos tienen página web y, a menudo, sus contenidos están sólo en inglés, el latín del siglo XXI. La crisis económica les llegó, como muy pronto, cuando apenas habían concluido su formación artística y trataban de consolidar un lenguaje propio. Son hijos del nuevo mundo: más desigual, más precario, más desacomplejado.

Como nativos digitales, dominan la sintaxis de la imagen y las redes sociales, la tecnología es un mero vehículo expresivo. Por eso son multidisciplinarios: pueden emplear la fotografía, el vídeo, la música, el diseño, el pincel, el espray... por separado o todo a la vez. La elección es arbitraria, sí. De los cinco creadores, tres son mujeres, dos han nacido fuera de la Península, hay un diseñador de videojuegos, un muralista, una fotógrafa y dos artistas visuales con galería. Podría haber sido cualquier otra elección, sí. Pero si hiciéramos muchas, al final nos saldría un resultado parecido: mayoría de mujeres, multidisciplinariedad, unos cuántos nacidos fuera, todos ubicuos pero.

El mundo de después del 2008 ha sido, aquí, especialmente cruel con los creadores: la clase media, que constituía el grueso de consumidores, ha sido progresivamente desmantelada. Las políticas neoliberales han deforestado el sotobosque cultural, y actualmente se sobrevive de las ventas al extranjero, de la exportación. En este sentido, hemos retrocedido un siglo. Cómo decía Copi: "El viejo mundo ha desaparecido y el nuevo mundo todavía no ha nacido; es la hora de los monstruos". Es por eso que me resisto a calificar estos cinco creadores de emergentes. Hay que odiar esta palabra, igual que hay que odiar la palabra 'nueva' o 'nueva fórmula', son placebos para vendernos algo. No. Estos cinco creadores no son emergentes, son urgentes. Urgentes de necesidad.

No olvides sus nombres

Lúa Coderch
© Maria Dias

Lúa Coderch

1982. Artista visual

Ya de muy pequeña, Lúa Coderch (Iquitos, Perú, 1982) aprendió a distinguir entre las cosas y su apariencia: odiaba ducharse y, cuando su madre la enviaba hacia el baño, ella hacía todo el ritual porque pareciera que había obedecido. Abría el grifo de agua caliente, se humedecía el pelo, hacía un dibujo en el cristal empalagado, dejaba pisadas húmedas en el suelo... estéticamente era cómo si se hubiera duchado. Más adelante estudió Derecho, pero abandonó la carrera cuando sólo le faltaban dos asignaturas. Y optó por la praxis artística. Su tesis doctoral trata el encuadre. O sea, el punto de vista, la apariencia. Como las 'fake news' pero al revés. En una de sus primeras instalaciones individuales, a La Capilla, había una cabina telefónica que a veces sonaba. Si descolgaba un espectador, la Lúa le ofrecía consejos sobre como desaparecer y fabricarse una nueva identidad. Y en uno de sus últimos trabajos, a la galería Àngels Barcelona, abordaba la voz como máscara identitaria. Por ejemplo, memorizando el cancionero republicano a la vez en recuerdo/distancia de sus abuelos, que apoyaron el bando nacional. Se trata de obras tan personales y a la vez genéricas que alguien las podría llevar encima sin darse cuenta.

www.luacoderch.com

Carlos Coronado
© Iván Moreno

Carlos Coronado

1991. Creador de videojuegos

No sabría decir si este sabadellense nacido en el 1991 es un genio o un inconsciente. El caso es que tiene apenas 26 años y ha creado cuatro juegos inmensos, dos de los cuales adaptados a dispositivos de realidad virtual. 'Warcelona' (2009) era una ampliación del disparador cooperativo 'Left4*Dead2' en el cual teníamos que matar oleadas de zombis en el entorno de la avenida Maria Cristina. 'MIND: Path to Thalamus' (2014) es la aventura de un protagonista en coma, basada en rompecabezas, nacida a raíz del descubrimiento del 'land art' cuando estudiaba Diseño Audiovisual al ESDI de Sabadell. 'Spiral Jetty' (1970) de Robert Smithson fue el detonante, y esto que nunca le había interesado el arte contemporáneo. Obtuvo un montón de galardones a los VIII Premios Nacionales de la Industria del Videojuego, pero de las más de 100.000 copias vendidas, sólo 600 fueron adquiridas en España. Acaba de salir al mercado 'Infernium', su nuevo juego. Dicen que es un cruce de 'survival horror' con la mecánica del 'Pac- Man'. No lo sé, yo veo mucho Joseph Beuys en el fantasma antagonista. Está basado en una experiencia propia mientras hacía submarinismo nocturno en las Filipinas. A menudo, el que vemos hace más miedo que no el invisible.  www.pantumacabarcelona.com

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Mohamed L’Ghacham

Mohamed L’Ghacham

1993. Muralista

Nacido en Tánger en 1993, Mohamed El Ghacham es un mataronense bastante viajero. En su casa nunca se había hablado de arte, pero empezó a pintar grafitis con amigos del instituto. Y pronto descubrió que dedicaba mucha más rato a las figuras que no a las letras de sus murales. Y se interesó por el arte figurativo. Un buen ejemplo de esta atracción es la versión que pintó en 2016, en el muro exterior de una fábrica abandonada a la periferia de Mataró, de 'Carnation, Lily, Lily, Rose' (1885) obra del impresionista norteamericano John Singer Sargent. Al Ghacham le gusta reproducir a tamaño gigante pequeñas fotografías familiares; instantes fortuitos, casi accidentales, íntimos, donde no hay pose ni postureo. Fotografías que alguien descartaría... pero que revelan rincones de nuestra existencia. A modo de ejemplo, reprodujo a la fachada de la casa de la pintora Paquita, a Can Picafort (Mallorca), una imagen gigantesca de ella y sus hijos hace 40 años, cuando el turismo todavía no había cambiado la fisionomía de este rincón de Santa Margalida. La habilidad técnica es fundamental, en la obra de L'Ghacham, pero el concepto es, todavía, más poderoso. Grafiti? Street arte? Muralisme? Cómo decía Nonell, "yo pinto y fuera!" 

www.mohamedlghacham.com

Laia Abril
© Irene Fernández

Laia Abril

1986. Fotógrafa

Sea cómo quiera que pretendamos etiquetar la escápula creatividad contemporánea, siempre encajará con el perfil de Laia Abril (Barcelona, 1986). Estudió periodismo, pero pronto vio que se expresaba mejor a través de las imágenes que no con las palabras. Y completó su formación a la International Center of Photography, de Nueva York. De allí pasó a ser artista residente a FABRICA, el centro de investigación de Benetton en Treviso. Trabaja en proyectos de investigación a largo plazo, en formatos tan diferentes como el fotolibro, la instalación, el diseño gráfico y la multimedia. Todos los contenidos de su web están sólo en inglés, el idioma global. El carácter reivindicativo de los trabajos de Laia Abril se basan en la convicción de su poder para cambiar mentalidades. Ha abordado trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia, esta última mediante las fotografías que se hacen e intercambian las mismas víctimas de un trastorno mortal. En el fotolibro 'The epilogo' (2014), tal vez la obra más conocida de Laia, nos muestra la devastación que ha provocado en una familia la pérdida de una hija anoréxica. Sus últimos trabajos plantean la represión del aborto, los mitos de la menstruación y los feminicidios.

www.laiaabril.com

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Maria Pratts
© Iván Moreno

Maria Pratts

1988. Artista Visual

Maria Pratts (Barcelona, 1988) forma parte de la cantera de creadores que ha logrado su madurez artística en plena crisis económica. Económica y sistémica. Trabajó como educadora de arte para niños en Nueva York, sobrevivió en Londres y actualmente habita una caseta de madera dentro de una nave industrial en l'Hospitalet de Llobregat. Seguramente ha sido la artista más joven en exponer al Macba: fue con motivo de la colectiva Punk. 'Sus rastros en el arte contemporáneo' (2016). El arte de Maria Pratts es tan brutal como vital, y retrata un universo urbano hostil, grotesco, lleno de gente desvalida y basura. Pero a la vez es colorista y divertido, desacomplejado. En su última exposición en la galería L&B, dos teles eran custodiadas por maniquís de policías que apuntaban, amenazantes, el espectador. Si Maria Pratts hubiera vivido en el Berlín de entreguerras, habría sido una pintora expresionista; si lo hubiera hecho en el Londres de Margaret Thatcher, habría sido una guitarrista punk. Pero, si exceptuamos sus cada vez más frecuentes escapadas a Marruecos, vive en la Barcelona metropolitana de ahora mismo. No le hace falta ni página web: con Instagram y un montón de alfombras voladoras tiene bastante.

@marriapratts

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