Aquel tópico que dice que de la contracultura en Cataluña se me ha hablado poco en el espacio expositivo no es cierto. Pero sí es cierto que faltaba un reconociendo oficial con todas las de la ley. Llega ahora: Pepe Ribas, fundador de la revista 'Ajoblanco' (1974), mito libertario que quiso renovar toda la plana cultural a mediados de los setenta, -protagonista indiscutible de la Cataluña' underground'- comisaría una exposición que propone una mirada exhaustiva, inédita hasta ahora, a los protagonistas y los movimientos sociales y culturales de una época trascendental.
Dividida en diferentes espacios temáticos, documenta la irrupción de las comunas, el feminismo, la psicodelia, la ecología, la espiritualidad, las músicas y las artes de vanguardia, los cómics o los fanzines, entre otras muchas referencias. Y lo hace de manera vivida -esto es como si Keith Richards comisariase una muestra sobre el rock británico en los sesenta- y lo hace mediante más de 700 piezas y con fotografías espléndidas que retratan, por ejemplo, el revoltijo de legionarios, rockeros y estudiantes progres que era la disco las Enfants, o el primer concierto que Gay Mercader montó Barcelona, cuando aún era portero de Pacha de Sitges. Y claro, también veréis las ramblas cuando eran una fiesta de la comunicación y de la carne, y no del turismo.