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Eulàlia Grau Macba

Eulàlia Grau no pintará ángeles en el Macba

El museo dedica una retrospectiva a la artista catalana

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Eulàlia Grau me ha explicado una buena. No hace mucho hizo el trayecto Bilbao-León en un tren de vía estrecha del año de la quica. Le tocó el vagón de lujo, que en tiempos pretéritos era el reservado al obispo de Calahorra. Imagináoslo con aquel aire brumoso que sudaban las máquinas de humo de los primeros tiempos de la Hammer: cortinas de terciopelo granate, un váter de porcelana brillante y el mostrador de interruptores para llamar al servicio. Es cierto que si hemos quedado es para hablar de la retrospectiva que le dedican en el Macba, 'Mai he pintat àngels daurats'. Pero no me resisto:

Me explicas por qué será el tema de la próxima obra?
Dentro de la iglesia hay muchas cosas truculentas. Ya lo sabrás, que en el Vaticano se hacen orgías. Hace poco desapareció una niña que después fue encontrada en la tumba de un cardenal. Pero años atrás estas cosas no salían a la luz. A este obispo le acusaron de ser un hombre lujurioso que frecuentaba un prostíbulo de la calle Aribau, y el Folies Bergere. Se ve que entraba en los lavabos públicos para cambiarse la sotana por ropa de calle. Por ahora estoy reuniendo pruebas.

Para hacer un collage, supongo?
Es el medio de expresión que me resulta más util. Cuando era pequeña me gustaba mucho dibujar, y me llevaron a dar clases con una monja que me sacó las ganas. Además, la pintura me crea muchos problemas. Fíjate en aquel cuadro de Murillo, el del niño que se come un melón. Seguro que el pobre hacía días que no encontraba un trozo de pan. Pero nos damos cuenta? No, porque es una imagen preciosa.

Rehuir el virtuosismo?
Incluso hay veces que procuro que me salgan cosas feas. En el Macba, hay un mural confeccionado con papel de embalar, donde analizo las relaciones entre las sociedades y sus instrumentos de tortura. Quiero que quede claro que la pieza va de esto: pistolas, ahorcados y el garrote vil. Y evito que la gente lo admire por motivos estéticos.

La ruta del Macba empieza con un cartel de tu primera exposición.
Si, la de la Sala Vinçon. Salía mi foto y una lista de vicios. Era broma. Comienza con aquello de "nacida en pecado". Y ya no recuerdo que más había. Estas cosas que hay en el Macba llevaban tiempo encerradas en una habitación de casa con llave. Todo es obra de los años 70, y principios de los 80. Después estuve viviendo en China, y cuando volví, a finales de los 90, no me quedaban ganas de revivir el pasado.

Ha cambiado tu obra?

He aprendido a manejar el Photoshop, y el Flash. Ahora sé deformar las imágenes con muchos filtros. Es simpático, en un libro de Hockney sobre fotografía encontré un cuadro de Holbein el Joven donde se ven dos embajadores y una mancha blanca en diagonal que, si te pones en un lado de un cuadro, se convierte en una calavera. Y pensé: mira, como lo que hago yo.

Volvamos a los años 70. Qué fue el Cancionero de los hombres horizontales y de las hombres verticales?
Un libro que no se llegó a publicar nunca. Lo presenté a la censura y me arrancaron un montón de páginas, con mucha rabia. Siempre he tenido mala suerte con el mundo editorial. Trabajé con la Colita para hacer un cuaderno sobre cementerios. Yo me encargaba del diseño. En la editorial, me lo plagiaron. Y fui a juicio y todo. Pero como era de esperar, perdí.

Nunca pintarás ángeles?
Ya me gustaría. Pero es difícil. Si en su día investigué el caso Matesa, como puedo pasarme a las artes decorativas con todo lo que está lloviendo ahora?

MAI NO HE PINTAT ÀNGELS DAURATS

Macba. Hasta el 26 de mayo

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