Felícia Fuster retoma la pintura en la década de los años setenta explorando las bases de una abstracción pictórica de naturaleza expresionista que desde entonces iría avanzando, recorriendo por la Abstracción lírica hasta llegar al carácter cósmico de su obra más comprometida, 'Plurivisions : Pintura en movimiento '.
La producción abstracta, que iniciaba en estos años, se inspiró en las pervivencias de las vanguardias y en la condición subjetiva y experimental del artista. Muestra un lenguaje basado en el color y en un estilo empastado y compacto, que se iría desmaterializando para reconfigurarse, al fin, dirigido al estudio del espacio, pero desde la búsqueda poética y el contacto con la cultura japonesa. La obra posterior no se puede entender sin este primer paso y la importancia que tiene el mismo período de recuperación de la pintura en Fuster.